Katrine vive en Noruega. Tiene una madre, un
buen esposo, una hija y, ahora, una nieta. Ya es abuela y ha forjado una buena
vida que ama. Pero en realidad solo es (¿fue?) una tapadera para encubrir su
verdadera identidad.
Otra de esas películas en la línea de La vida de los otros que muestra el
aspecto más oscuro del comunismo. Los devastadores efectos de esa cinta de
vídeo expresan la disolución de una familia pero es una prueba de la
destrucción de un sistema político demencial. Y las consecuencias llegan cuando
el telón de acero ya ha caído. Eso es lo peor: que cuando ya todo ha acabado,
aún no ha acabado.
No me gusta del todo el montaje: ni la
secuencia inicial ni algunos de los flashblack. Pero dejando eso al margen la trama engancha y el progresivo
desvelamiento de la identidad de Katrine está muy bien llevado.
Katrine/Vera. La historia de una mujer, que
quería lo mismo que todo el mundo, a las órdenes de una política sin sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario