Catherine (Chlöe Sevigny) es una poli
especializada en asesinos en serie; Schaffer (James D'Arcy) es el
psiquiatra forense.
Siguen a tipos que gustan de las torturas y
el sadismo. Así que la serie se acerca mucho a crímenes tipo Saw, imaginativamente sórdidos y
revestidos de crueldad.
Lo interesante de la cosa es que Catherine y
Schaeffer tienen una psicología tan desmadrada como la de aquellos a los que persiguen.
Ella está convencida de que su padrastro,
prestigioso juez de familia, es un pederasta y un asesino. Cree que, entre
otros, abusó y mató al hermano de Catherine. Y Schaeffer se mete tanto en la
cabeza de los psicópatas que juguetea sin importar que las víctimas
(temporales) de tortura sean su propia compañera de trabajo o su hijo.
Obviamente no es para cualquiera. Hace falta
estómago. No son muchos capítulos pero aún así hace falta buena voluntad para
torear con unas mentes tan retorcidas.
No parece que vaya a tener continuación y el final queda bastante abierto. Es asequible (si te gustan esta clase de cosas) pero uno tampoco se pierde nada.
-Una Catherine cabreada es un mundo de dolor
en el que nadie quiere vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario