Una niña ha sido violada y decapitada. Es la
última de una serie de asesinatos similares.
El padre y un poli sospechan que el culpable
es un profesor pero no tienen pruebas. Así que lo secuestran y deciden
interrogarlo de modo contundente.
La peli es israelí y tiene su cosa. Me
recuerda mucho al cine de los hermanos Coen, con esos momentos de
violencia desatada punteados por un humor extraño y surrealista. La escena en
que el presunto pedófilo huye y se queda atascado por el camión me pareció
divertidísima.
Brillante el inicio, una secuencia en cámara
lenta mientras aparecen los créditos. La tensión que se logra en esos momentos
es magnífica. Mucho mejor que durante la tortura. Ahí se pasan un poquito
aunque el abuelo tiene mucha coña.
Una peli irregular que se salva por sus
buenos momentos.
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