19/4/14

El pasado

Esa mampara de cristal con que arranca la película es una metáfora perfecta. Un lugar donde una pareja puede mirarse con aprecio pero que hace imposible la comunicación.
El pasado. El pasado es esa cosa peligrosa con consecuencias de implicaciones no previstas. La película, en su inicio, parece ser otra historia de divorcio como Nader y Simin, una separación, como si quisiese seguir explorando el tema.
Ahmad regresa a París desde Irán para divorciarse de su esposa, que va a casarse con otro hombre. Y mientras está allí, aflora la historia de un intento de suicidio. Las causas, el hecho y las consecuencias conforman el verdadero núcleo de la cuestión y las ramificaciones se expanden afectando cada vez a más gente.
Ahmad se ve obligado a convertirse en mediador de un conflicto irresoluble. La única opción es vivir con las consecuencias.
Asghar Farhadi siempre es sugerente, pegado a un realismo hiriente. Nadie sale indemne en sus relatos. Personajes culpables, dañados por las elecciones. En el cine de Farhadi la vida siempre flirtea con la catástrofe.

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