Otra de esas comedias francesas con un
estilo muy americano.
Choque de culturas.
Maya es marroquí, lleva 20 años en París y es
diseñadora de moda. Pero no ha renovado la tarjeta de residente desde hace un
año. Así que la deportan en vísperas de su gran oportunidad.
Tiene unos cuantos puntos graciosos: su
regreso a Marruecos, su divertidísimo hermano capullo que le hace unas faenas notables, el amigo que se
cree Ryan Gosling y escribe un guión titulado Conductor. Guiño.
Pero es muy vulgar en otras ocasiones, muy
repetitiva y, lo peor de todo, muy sobreactuada. Curiosamente el diseñador de
moda es un personaje bastante matizado.
Además es totalmente previsible y no hay ni
una sorpresa.
Demasiado ligera y facilona. Y como hay mucho costureo y máquina
de coser y modelitos y trapitos y zapatos, me deja indiferente. Supongo que al
público que le va eso, le encontrará más puntos. Pero, en general, flojita.
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