9/3/14

Oh boy

No es un buen día para Niko Fischer.
En realidad hace dos años que no tiene un buen día.
Se limita a deambular por Berlín. Y se encuentra con gente. Gente que le cuenta historias. Porque aunque Niko Fischer tiene una historia, él es la excusa (el errante disponible, la oreja sin nada que hacer) para relatarnos las historias de otras gentes.
Me ha gustado bastante. Tiene algo del hálito de los primeros trabajos de Wim Wenders, algo de Jim Jarmusch, algo de Truffaut. Y esa extraña lucidez que descubre el humor surrealista tras el drama cotidiano de cualquier vida.
Y también frases que significan muchísimo más de lo que parece.
-Con todos estos vidrios rotos ya no podré ir en bicicleta.
Ese hombre no murió esta noche. Murió hace 60 años: el poder del nazismo rompiendo la infancia.
Y el café como metáfora de reinicio, comienzo de la vida y el cambio.

No hay comentarios: