16/3/14

Ocho apellidos vascos

Bienvenidos al norte.
Ignoro las razones por las que Borja Cobeaga no dirige su propio guión. Al igual que en Pagafantas y No controles, las bases son las mismas: relación chico-chica y topicazos a granel. Y funcionaban mejor.
Me he reído bastante, debo reconocerlo. Incluso tiene algunos momentos muy divertidos. Pero el enredo dura demasiado. Intentar que Rafa sea Antxón ante el padre de Amaia se alarga en exceso.
Y ya digo, es divertida la cena de los chipirones, la cena de la llamada del móvil, la manifa, los miles de jaleos en que el protagonista se mete. Pero agota la dinámica porque no aparecen como una evolución, sino como una serie de gags.
Y como ya sabemos que los vascos son malhablados, insisten tanto en ello que a veces te dan ganas de gritar que, por favor, alguien construya un diálogo un poquito más afinado, algo más completo, no una simple sucesión de exabruptos.
Podría resumir todo así: lo poco agrada y lo mucho cansa.
He visto ya tres películas de la mano de Cobeaga. Siempre me parece a punto de hacer algo realmente bueno, grande. Le falta algo, un toque de inspiración.
A ver la siguiente.

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