Nunca hagas a una niña con superpoderes una
resonancia magnética.
Se nota que Alfonso Cuarón, con su
recién estrenado Oscar al mejor director, está detrás. Se nota en ese plano
inicial (desde el primer plano del rostro de una niña a un accidente con vuelta
de campana), se nota en esos largos y complicados travellings, se nota en el
ritmo y la tensión.
Bo, una niña con superpoderes, y Tate, un
presunto asesino como guardaespaldas (no
soy Mary Poppins, ¿ok?). Una pareja estrambótica que tendrá que apañárselas
como buenamente puedan.
El piloto, muy bueno. Por supuesto es una
trama que se presta en exceso a los capítulos cerrados en plan ir por ahí
ayudando a los demás y eso le puede dañar. No tiene motivos para ser Touch, pero puede que se convierta
en eso.
Pero el bueno es malote y la mala es muy
buena mala. Y también tiene una mamá.
Y el resto de personajes que han ido
apareciendo logra escapar a los clichés.
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