Pues sí que es una faena, tú.
46 años y al hoyo.
Sí, ya sé que otros actores de nombre
reconocido comercialmente (y más jóvenes aún) han muerto recientemente. Pero no
es lo mismo. Hoffman era un actor-actor. Un actorazo. Un tío con una
versatilidad pasmosa, más aún si se tiene en cuenta un físico que podría
haberle limitado.
Pero no le limitaba. Le sacaba partido a su
tripilla. Y con esa tripilla de tío normal y corriente desarrollaba unos papeles
complejos, a veces extremos. Es decir: justo lo que no te esperas de un tío
normal y corriente con tripilla.
En fin. Heroína. Y seguro que había oído que
eso no podía sentarle bien.
Y así me he dado cuenta de que Truman Capote, con la que ganó el Oscar, no tiene su entrada independiente. Mira tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario