1/11/13

Sólo Dios perdona

Después de Drive no te extrañará que esperara con ganas lo siguiente de Winding Refn. Mal negocio. Es un bodrio.
La calma, las pausas, tenían en Drive un sentido. Notabas el fluir y el desarrollo de los sentimientos de los personajes. Aquí no tiene sentido alguno porque, en realidad, ni siquiera hay una historia que contar.
Un americano comete un crimen en Bangkok y lo matan. Su hermano considera que es lo que se merecía y lo deja estar. Pero la madre llega dispuesta a montar un pollo. Un poli, que hace las cosas a su manera, tiene sus propias ideas. La confrontación entre los personajes es violencia bestia pero sin razón de ser.
El montaje es otra historia. A veces creí que me habían drogado con algo, pero no. Era Winding Refn quien lo estaba al editar la peli. Una edición caprichosa, absurda, puro antojo.
La cámara lenta y la ausencia de sonido en algunas conversaciones es imperdonable. Aunque lo cierto es que no pasa nada porque no hay nada que decir.
Y en este berenjenal está Kristin Scott Thomas en un papel de perra muy perra. Un botón de muestra:
-Billy violó y mató a una niña de 16 años.
-Estoy segura de que tendría sus razones.

No hay comentarios: