Acudí con prevención porque todas las sinopsis te desvelaban lo que parecía una sorpresa: dos agentes infiltrados, que no saben nada el uno del otro, atracan un banco y la lían parda. Las cosas que les pasan a esta pareja en dos horas daría para cubrir 7 temporadas de una serie.
Porque esperaban conseguir 3 millones (calderilla). Y se encuentran con 43 millones (y 145.000 dólares). Y eso es otra cosa. Es un problema, una tentación, corrupción y muchos implicados detrás. El director islandés pone a caer de un burro a la CIA, la DEA y la Marina. Y no se molesta en pedir perdón ni en redimir con toques sentimentales.
Total que no se habrán sorprendido mucho al ver que no arrasaban en las taquillas americanas. Pero la peli se deja ver, es entretenidilla y resuelve bien las secuencias de acción, cuidando de no pasarse.
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