La película tenía un peligro claro: caer en la proyección de sentimientos, el sentimentalismo en que Frank detesta al robot y acaban haciéndose grandes amigos.
Para esquivar ese peligro, lo previsible se reduce a unos minutos y, luego, empiezan a planificar robos. Una idea original que tenía sus puntos de humor y que la presencia de Frank Langella, James Marsden, Liv Tyler y Susan Sarandon animaban bastante.
Pero... Primero hay un extraordinario giro forzadísimo (muy tramposo), cuando Frank ve unas fotos. Inverosímil de modo extraordinario porque nunca supimos que Frank estuviese tan mal. Y, de hecho, no lo está. Quiero decir que puedo entender que una peli de suspense tenga su trampa. Que un drama engañe de forma indigesta se justifica difícilmente incluso aunque lo sospecharas.
Después sobreviene un cierre átono que te deja absolutamente indiferente.
Sencilla, carente de fuerza para motivar, flojita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario