3/5/13

Colorful

Ya se sabe. Unas cosas llevan a otras. Colorful me la sugirieron por cierta relación con Mamoru Hosoda. No está mal, pero es útil, sobre todo, para ver la diferencia entre lo bueno y lo superior.
Keiichi Hara ofrece un planteamiento rarito: un alma muere en pecado pero se le concede una segunda oportunidad. Reinstalada en el cuerpo de un chico llamado Makoto, que acaba de suicidarse, debe descubrir cuál fue su pecado.
Imagino que todo el mundo se da cuenta enseguida de que el alma es la del propio Makoto. Por cierto: parece que en Japón les encanta el nombre de Makoto. Sirve para chico y chica, para un roto y un descosido.
En mi opinión, el problema de la peli está en su explicitud. Todo está hablado y planteado: amistad, paternidad, filiación, agradecimiento por lo que se tiene, ¿novias?, estudio... Verbalizado y explicado, sin hueco para que imaginemos y deduzcamos.
Me llama la atención el uso del color. Muy sobrio. Muy distinto al de casi todos los anime, buscando un mayor realismo. Lo que sí me gustó fueron esas conversaciones en torno a una mesa, que recuerdan al espíritu de Yasujiro Ozu. Aunque Ozu, desde luego, era más sutil, menos sentimental y más dramático en sus planteamientos.
Se deja ver por su peculiar arranque pero dos horas tan didácticas resultan excesivas.

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