6/4/13

Un amor entre dos mundos

Rarita.
Desde luego es imponente a nivel visual. La concepción de espacios y la organización de los ambientes resulta alucinante. La estética, cercana a la de un cómic, deja algunos fragmentos sorprendentes, entre lo onírico y lo kitsch, aunque hace pensar en un potencial no aprovechado. Y la fotografía, esmeradísima, anima a seguir con atención las nuevas sorpresas a la vuelta de cada fotograma.
Ese juego de las dos gravedades y de la gente sometida a su propia gravedad depara momentos brillantes. Con su desventaja. Porque, visualmente, observamos la película como un juego dicharachero y socarrón. Y eso impide que nos creamos el drama, que nos podamos emocionar con la historia de amor entre Jim Sturgess y Kirsten Dunst. Su lucha y su angustia suenan a broma.
Muy majo Timothy Spall.
Una película ocurrente y muy llamativa. Pero descompensada enormemente.
En cualquier caso, Juan Solanas es otro nombre a seguir.
Respira hondo, exhala y di:
-¡Ah! El amor es más grande que la gravedad.

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