Ese juego de las dos gravedades y de la gente sometida a su propia gravedad depara momentos brillantes. Con su desventaja. Porque, visualmente, observamos la película como un juego dicharachero y socarrón. Y eso impide que nos creamos el drama, que nos podamos emocionar con la historia de amor entre Jim Sturgess y Kirsten Dunst. Su lucha y su angustia suenan a broma.
Muy majo Timothy Spall.
Una película ocurrente y muy llamativa. Pero descompensada enormemente.
En cualquier caso, Juan Solanas es otro nombre a seguir.
Respira hondo, exhala y di:
-¡Ah! El amor es más grande que la gravedad.
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