Corrupción política, corrupción policial,
corrupción conyugal. Convencional. Pero entretiene, funciona, el suspense está
conseguido. Innecesariamente alambicada y sin embargo eficaz. En buena medida
gracias a la intensidad que aportan a cada escena Russell Crowe, Mark
Whalberg y Catherine Zeta-Jones. Ella no aparece mucho pero está surtida de unos
diálogos que compensan:
-Entonces crees en el amor.-En el amor y la fidelidad.
-¿Eres estúpido o católico?
-Ambas cosas.
O este otro.
-No me esperes levantada, cariño.
-Nunca lo hago.
La cosa se reducía a entregar un sobre, es cierto. Y lo complican de mala manera. Pero la complicación es entretenida. Además tienen la decencia de construir bastante bien a los personajes secundarios.
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