Eduardo Noriega,
el narcotraficante más peligroso del mundo, huye por carretera, dirección a
México, en un Corvette trucado. Quitanieves, sicarios y balas le abren paso por
delante. Sólo tiene que cruzar el pequeño pueblo de Sommerton.
Pero Sommerton tal vez no sea una buena
elección porque hay un sheriff llamado Schwarzenegger. Y el tal Schwarzenegger
tiene unos poquitos agentes, un prisionero borrachín ex-combatiente y un friqui
con un museo de armas. Muchas armas.Es lo que es: muchos tiros, acción y unos golpes de humor surrealistas de la mente que parió El bueno, el malo y el raro.
De verdad, ver juntos a un director coreano, a Schwarzenegger y la pésima dicción (en inglés o castellano) de Eduardo Noriega, ya merece la pena. Si además a la fiesta se suman Peter Stormare, Génesis Rodríguez, Luis Guzmán y Forest Whitaker, ¿qué más vas a pedir?
Lo de la abuelita aún no me lo acabo de creer. Pero oye, es la ventaja de que todo el mundo tenga armas en Estados Unidos, ¿no?
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