Salvo que a los 10 minutos ya no había nada más que contar. Naufragué durante casi todo el metraje, mirando el reloj cada dos minutos, esperando encontrar un rumbo.
Me gustaron, discretamente, los diálogos de Chris Rock con el recortable de Obama y, a falta de 20 minutos, pensé que saldría algo bueno cuando Vincent Gallo compra el alma de Marion. Pero no. Otra buena idea tirada a la basura.
Padre, hermana, novio, galeristas, críticos, vecinos... Muchos personajes sin profundidad, todos ellos desaprovechados. En realidad, casi todos superfluos. Si les hubiese suprimido no habría afectado a la trama.
Delpy hace todo: dirección, interpretación, guión, montaje, música... Visto el resultado, se me ocurre que no es tan polifacética como se cree.
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