6/1/13

El hombre de las sombras

Comienza siendo una película de terror y termina siendo un provocativo drama social.
Pascal Laugier juega bien, extremadamente bien, sus cartas.
Un pueblo minero en crisis del que desaparecen niños. Los lugareños hablan de un hombre que se los lleva. ¿Realidad o leyenda? Quién sabe. Un día, la enfermera local, ve cómo alguien entra en su casa y se lleva a David. Ella, lógicamente, persigue al secuestrador.
Y, entonces, el guión, va desvelando sus secretos, giros y contragiros que, aunque puedan parecer descabellados tienen su lógica. ¿Todo el pueblo está loco? ¿Lo está ella? ¿Lo está la otra? ¿Lo estoy yo?
Y nada de eso. Todo el mundo está perfectamente cuerdo. La vertiente social, la crítica a la burocracia, al Estado paternalista y sus procedimientos, tiene muy mala leche y, en cierto modo, acaban pareciendo los responsables.
Atención a las fotos de la habitación de Julia porque explican su forma de ser.
Esa triple pregunta final acerca de la verdad, expresa la duda, no la verdad.
Tiene fuerza, sí señor. Mucho más interesante de lo que cabría esperar.

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