30/6/12

Ice Age 4: La formación de los continentes

Dos problemas gordos se le vienen encima al mamut Mannie: empieza la deriva continental y tiene una hija adolescente llamada Melocotón.
Hay que atribuir a la película el mérito de informarnos acerca de ciertos pasajes ocultos de nuestra Tierra. Intuíamos que Scrat había tenido algo que ver en la deriva continental y en la desaparición de la Scratlántida, pero ahora sabemos exactamente cómo ocurrió.
El capítulo 3º de la saga ya sobraba. El presente ni te cuento. Un tiovivo de glaciares, hielo, chapuzones y montañas rusas naturales que para los peques está bien pero que a los adultos, más allá de dos o tres chistes, no dirá gran cosa. Un gorila pirata y su tripulación descerebrada vienen a ser el alter ego respectivo de nuestros héroes.
-¿Cuándo me dejarás salir con chicos?
-El día que me muera. Tres días después. Aseguraos que estoy muerto.

29/6/12

Dylan Dog: Los muertos de la noche

Lo que más me gustaba de los cómics de Dylan Dog era algo que podríamos llamar su lógica paranormal.
Los humanos somos unos seres que nos fijamos demasiado en lo material. Tanto que muchos, incluso, niegan lo espiritual. Así de fuerte nos ata el cuerpo. Dylan Dog era un tipo que se paseaba por el mundo de lo paranormal con la misma lógica con la que se movía por el mundo material. Él rompía las fronteras porque no las veía. No las hay. Todo es lo mismo. Vampiros, licántropos, zombis, humanos... Daba igual. Lo vivo, lo muerto, lo no-muerto. Lo no del todo muerto. Lo de acá. Lo de allá. Lo paranormal era un modo de expresar lo sobrenatural. O, al menos, yo lo quería ver así.
Leí unos cuantos cómics hasta que me saturó su repetición.
Como película aislada podía haber evitado ese problema pero alberga muchos otros.
Series como Buffy cazavampiros y Sobrenatural tuvieron grandes capítulos. Como series largas también tuvieron capítulos pésimos. Dicen que Sobrenatural se encuentra metida de fondo en ello. Intentando ser cada vez peor. El principal problema de esta adaptación cinematográfica de Dylan Dog es que ha elegido lo peor de ambas series y las ha juntado pensando que multiplicaba negativo por negativo. Y no. Los suma.
Una pena que destrocen así otro cómic más. En realidad, casi lo único que conserva del original es el título.
Sólo me gustó la tanda de chistes acerca de Sclavi.

27/6/12

The Newsroom. Episodio piloto

Aaron Sorkin. Artífice de una de las mejores series (quizá la mejor) de la televisión: El Ala Oeste de la Casa Blanca. En mi política de no exaltar a las personas sino a las obras, diré que me pareció muy bien la cancelación de Studio 60 on the Sunset Strip. Muchos, que oyeron hablar de Sorkin por primera vez tras La red social, ahora reivindican aquella serie. Pero estoy seguro de que lo hacen porque no la han visto. En la más optimista de las percepciones era mediocre.
Emily Mortimer. Mi querido Frankie la descubrió (para mí) y se convirtió, junto a Christina Ricci, en una de mis actrices favoritas. Infravalorada siempre. Pero de una versatilidad pasmosa. La he seguido luego en casi todo lo que ha hecho. Siempre solvente sea comedia, drama, suspense....
Alison Pill. Después de ver su interpretación en In Treatment, ¿cómo no estar pendiente de ella?
Así que los tres se dan cita en la serie. Un piloto que me ha parecido espléndido. También minoritario. O, mejor dicho, selecto. Me alucina el aluvión de críticas que ha recibido en Estados Unidos. Todas ellas se pueden reducir a una sola cosa: los personajes de Sorkin son demasiado inteligentes, idealistas y alejados de la vida real.
No sé. Si uno vive inmerso en una cinematografía y unas series como las españolas, tan zafias, ruines e imbéciles, implora por cosas como ésta. No seré yo quien ponga pegas a alguien que intenta mejorar la realidad. Aunque ideológicamente esté, con frecuencia, en desacuerdo con lo que pienso.
¿Que The Newsroom es demasiado perfecta, que a nadie se le ocurren esos diálogos sobre la marcha, que los personajes están todos sobre la media, que refleja situaciones ideales? Pues muy bien. Es rápida, dinámica, habla de temas de los que ninguna otra serie habla, está trabajada con perfeccionismo...
Si sigue así, que cuente conmigo. Los críticos americanos pueden venir a ver lo que hacemos por aquí. Aunque creo que  hay mucha envidia ahí detrás.
-Maggie... ¡Te voy a llevar de compras!

25/6/12

Falling Skies. 2x01 y 2x02

Soy un gran defensor del género post-apocalíptico, una variante de la ciencia-ficción que se presta, si se quiere, a desarrollos sorprendentes. En el género post-apocalíptico puedes introducir marcianos, pandemias, zombis, enfrentamientos bélicos, explosiones nucleares, un secreto. Puedes desarrollarlo en variantes casi infinitas. Y, sobre todo, puedes introducir complejos problemas éticos. Cosa que a casi todas se les olvida en el primer episodio.
¿Cuál fue el principal problema de Falling Skies en su primera temporada? Que dejaron a los personajes metidos en una escuela especulando obviedades sin que la acción avanzara. ¿Cuál fue el problema de The Walking Dead en su segunda temporada? Que dejaron a los personajes metidos en una granja especulando obviedades sin que la trama avanzara. Y, en ambos casos, un capítulo final que sugería que la cosa podía moverse, satisfizo a los fans y les dio un pase para la renovación.
Bien. Falling Skies metió al prota en una nave espacial y, después de que no ocurriera nada, vuelve a estar donde estaba. No del todo, porque ahora se mueven alrededor de un río en vez de una escuela. Y los alienígenas muestran más truquitos. La cuestión es que le daré un capítulo o dos de margen. Luego, mucho me temo que terminaré con ella.
Entre otras cosas porque se acerca Revolution pidiendo paso. Post-apocalíptica de J. J. Abrams. ¿Caerá en los mismo errores que otras o será capaz de sacarle al género todo el partido que se la puede sacar?
Desde luego lo de la nave espacial de Falling Skies como elemento de sorpresa y enganche fue una jugada maestra. Y un vergüenza maestra el modo de resolverlo. La abducción con menos sentido de las muchas que la historia de la humanidad ha documentado.

24/6/12

Cine y series. Sobre "Juego de Tronos: Blackwater"

Me gusta el cine y me gustan las series. No entiendo a los fundamentalistas de las series: el nuevo cine, mejor que el cine, el futuro del cine, el cine está en casa.
Creo, sinceramente, que esos fanáticos deberían ver más cine. De ese modo, su valoración crítica sería más justa, cabal, racional y, sobre todo, objetiva.
En el ejercicio de mi libertad me he puesto a pensar. No te preocupes. No será habitual. Y llego a la conclusión de que, aunque las ideas pueden suplir al dinero, el dinero sí importa si necesitas mucho dinero. Y, en eso, las series tienen un problema.
Juego de Tronos necesitaría 10 veces más dinero para resultar decente. Que la gente le perdone los fallos porque no tiene dinero, es injusto. Para el cine y para otras series. Por eso abandoné Juego de Tronos. Decidí ver el tan cacareadamente espléndido episodio de Blackwater porque todos los blogs de series se deshacían en elogios. Y, al acabar de verlo, me pregunté si me habría descargado un capítulo equivocado. Blancanieves y la leyenda del cazador, sin ser un peliculón, le da media docena de lecciones. Dicen: no se ha visto nada igual en televisión. Pues vale. Vete a verlo al cine. Allí sí se ve.
No se puede sacar pecho en plan campeón, pretender competir de igual a igual con el cine y, cuando no puedes hacerlo, pedir que tu mediocridad sea perdonada. Lo siento. Haz una sitcom con buenas ideas. Pero yo veo cine y veo series. No voy a quedarme en la caverna de Platón, mirando sombras, cuando puedo ver las sombras, los colores, las figuras y todo lo demás. Pero, por encima de todo, no diré que las sombras son colores.
Una comparación con el fútbol (y esto sí que no será habitual). La jugada no acabó en gol aunque era un tiro a puerta vacía, pero no pasa nada porque eran jugadores de tercera. Pues, tío, vete a ver fútbol de primera.
Por cierto. Escribo esto porque me ha cabreado un poquito el tono dogmático general acerca de Blackwater. La imposibilidad de disentir o estar en contra. O de ponerle peros. Pues lo siento. Yo discrepo y me enfurruño y me tomo una cerveza a la mala salud de Juego de Tronos.

23/6/12

El mundo es nuestro

Cabeza y Culebra. Dos delincuentes de poca monta atracan una sucursal justo cuando un hombre entra con un chaleco bomba.
Una pareja de novios, una funcionaria, periodistas, un parado no del todo parado, empleados (uno de ellos gay porque los gays también son seres vivos), la limpiadora, el director corrupto de la sucursal, un empresario corrupto, políticos corruptos, el chino, la Semana Santa sevillana, cámaras, luces de Navidad en marzo y la inspectora, que es de Burgos y no se cosca con la idiosincrasia. ¡Ah! Y la Jessi.
Barrio de Triana. Bienvenidos al circo.
Tras ver el cartel no apostaba un euro por esta peli. Pero los comentarios leídos me arrastraron. Que Juanan (sevillano) y Ricardo (Cieza) fueran a verla, también ayudó. Por si había problemas de traducción. E hice bien. Una comedia con un ritmo logradísimo, diálogos tronchantes, llena de estereotipos, pero un reflejo fiel (terriblemente fiel, divertidamente fiel, asquerosamente fiel) de la España en crisis.
También hay un maletín tarantiniano sacado de Pulp Fiction.
Alfonso Sánchez. Tras esa pinta de bruto (él es el Cabeza) hay un director capaz de sorprender con una comedia de presupuesto ínfimo.
¿Mejorarán las cosas? Depende. Antes íbamos en moto de derecha a izquierda. Ahora en moto de agua de izquierda a derecha. Pero siguen quedándose sin gasolina.
-Estudié Ingeniería Informática, pero soy reponedor de Mercadona.
Esto qué es lo que es.

22/6/12

Red State

Ya me ha pasado con otras películas de Kevin Smith (la injustamente sobrevalorada Clerks y la justamente olvidada Una chica de Jersey).
Tan intrascendente que me da pereza escribir de ella. Voy a hacer un esfuerzo mayúsculo.
Empieza siendo una peli de adolescentes salidos. Luego es una peli de terror gore con una secta. Después una película de liberación en un secuestro con rehenes. Finalmente un interrogatorio insustancial.
Esta amalgama de géneros que nunca debieron encontrarse (no hay tempo, falta empuje, coherencia) va salpicada de larguísimas parrafadas sosas, aburridas, sin contenido. La gente habla por hablar y Kevin Smith cree que tiene gracia (o algo) porque lo filma. Pero no la tiene.
Él cree que sí. Vaya si se lo cree. En los títulos de crédito divide a los intérpretes en sexo, religión y política. El tío cree que ha hablado con profundidad de esas tres cosas. Pobre.
Pero ya digo. Es lo que esperaba de él. Un nivel de discurso elemental.

19/6/12

The Killing. Temporada 2

Me da igual lo que diga la gente, el me gusta o no me gusta, el defecto que encontré aquí y allá, el me cuadra o no me cuadra, el se parece demasiado o no lo suficiente a Twin Peaks (qué pesados), el Rosie Larsen no se parece a Laura Palmer.
Me encanta. Porque está bien hecha. Muy bien hecha. Con momentos inmensamente grandes, inmensamente demoledores, inmensamente logrados.
Me encanta Holder entrando en el casino después de psiquiatría, palizas y faenas, más chulo que un ocho. Me encanta la impenetrabilidad de Linden que, sin embargo, tanto nos dice de ella. Me encanta todo ese recorrido social y de despiste que a otros tanto les molesta. Me encanta ese flashback del último capítulo en que por primera vez vemos a Rosie, no a través de un vídeo, de una cámara de ascensor, sino sólo la cámara real.
Me encanta su planificación, atmósfera, producción.
Pero sobre todo me encanta que, el final de la primera temporada, que solivianto a medio mundo sin posibilidad de recuperación, a la luz del final de la segunda, sea tan magistral. El paralelismo entre ambos, entre Jamie y Terry, entre las reacciones de uno y la otra, ese modo de volcarse en las personas afectadas pretendiendo reparar su descomunal error. Me gusta esa estructura.
Y si no te gusta, deja de verla. Deja de sufrir. Y, si encuentras otra serie policiaca con menos fallos y mejor hecha, me avisas. Porque es un poco incongruente, lo he comprobado, que gente que crítica The Killing por sus errores, sea fan incondicional de chuminadas tan espectaculares como El mentalista o Hawaii 5.0.
Esas no me gustan a mí. Por eso no las veo. Con tres capítulos de cada tuve bastante. De The Killing espero, al menos, 26 más.

17/6/12

MS1: Máxima seguridad

La jungla de cristal en una prisión espacial.
Simple como el mecanismo de una piruleta e inverosímil hasta extremos alucinógenos. Lo del guardaespaldas de la hija del Presidente es de traca. El tío más inepto que te puedas imaginar. Suicidarse es lo mejor que hizo en su vida.
La gran diferencia con La jungla de cristal es que John MacClane siempre iba directo al peligro y jamás daba un paso atrás. Este Snow (Guy Pearce) es un tío que quiere meterse en los menos problemas posibles y las cosas se le van arreglando porque sí. Él no es el desencadenante de la acción.
Los desencadenantes son cosas increíbles e imposibles. Si la amiga io ve cómo funciona la caída libre en gravedad cero o esa prisión en órbita que necesita un chófer, le da algo.
Y con lo fácil que es escaparse, ¿a nadie se le ocurrió?
No. Lo dejaron para el final para nuestros dos protas. Guy Pearce y Maggie Grace, la hija del Presidente. Manda narices.
Me gusta la estética utilizada en la infartante persecución inicial.

16/6/12

Moonrise Kingdom

A lo largo de la historia ha habido personajes locos cargados de genialidad que han hecho grandes obras artísticas.
Wes Anderson no es uno de ellos.
En ocasiones, cuando la gran mayoría ensalza algo y uno no está de acuerdo, conviene inclinar la cabeza y admitir que uno no tiene razón. Pero en otras ocasiones es inevitable pensar: ¿y si están todos equivocados y yo tengo razón?
Wes Anderson me suscita esta pregunta.
Con sus películas hay tres tiempos de reacción.
1. Este tío es imbécil y yo lo soy más por dejarme tomar el pelo.
2. No puede ser que sea tan imbécil ni la peli tan mala. Debo pensarla hasta que le encuentre sentido.
3. ¿Por qué perder el tiempo en pensar sobre algo que, de entrada, me parece una chuminada?
Wes Anderson consigue que me interese por autores verdaderamente serios.
Eso sí: cierra los ojos para no ver sus cargantes travellings laterales, trata de obviar los diálogos sin alma ni emoción. Entonces, oh, sí, entonces, sólo entonces, podrás disfrutar de la música de Alexandre Desplat.
-La poesía no tiene por qué rimar. Basta con que sea novedosa.
Wes, tío, ahí está tu problema. Alguien debería haberte explicado que hace falta algo más.

15/6/12

Acto de valor

Los primeros 20 minutos son difíciles por dos motivos.
1. Espías, militares; Filipinas, Costa Rica, Ucrania, Estados Unidos; narcotráfico, tráfico de armas, terroristas islámicos. Un aluvión de temas y escenarios que no parecen entrelazar. Lo harán más adelante, pero hay que estar atento.
2. El discurso patriótico en off, esa voz exageradamente volcada en el fervor nacional. Que a alguien tan pro-yanqui como yo, llegará a asustarle, significa algo.
Pero pasados los primeros 20 minutos la cosa no pasa de ser una novela de Tom Clancy con tonos realistas. Conspiración global, misión para desarticularla. Y un muestrario de armas imponente. Submarinos que llevan mini-submarinos, helicópteros que transportan barcazas, lanzamisiles, granadas, rifles, ametralladoras, chalecos bomba...
Está bien rodada, con dinamismo. En ocasiones con ingenio, como el travelling de arranque en Filipinas o el enmoquetamiento de la espía americana. El problema es que, pese a sus aspiraciones de propaganda para alistarse en el ejército, pese a su discurso moral sobre el honor, los directores han confundido el amor a la patria con jugar un videojuego.

14/6/12

Iron Sky

La verdad: me he planteado mucho si comentar esta película o no. Por cosas así, uno pierde la poca reputación que le queda. Pero qué le vamos a hacer. Ha triunfado en los países de Europa en que se ha estrenado, tiene muy mala leche y está bien hecha.
En 1945 un grupo de selectos nazis huyó a la cara oculta de la Luna y, allí, han proseguido su plan de invasión.
2018. La presidenta de Estados Unidos, con un sospechoso parecido a Sarah Palin, trata de renovar su mandato.
Marciana a más no poder. Pero con cosas brillantes: el Yes, she can; el uso, por parte de la presidenta americana, de la retórica nazi en sus discursos; la nave espacial USS George Bush con trajes Star Trek; los nazis con casco tipo Darth Vader; el iphone y el ipad como tecnología revolucionaria al servicio nazi; la asesora de imagen y su arranque hitleriano parodiando El hundimiento; las batallas estilo Battlestar Galactica y Star Wars...
La demencia.
Ojo. La peli viene de Finlandia. Me ha preocupado que sea más anti-yanqui que anti-nazi. De hecho no suena del todo anti-nazi. Suena como que, si quitas lo de matar gente, el resto de las ideas no estaban mal del todo. Si la chica besa a un negro seguro que cuela. Y cuela. Lo que demuestra que la mayoría de la gente no lee entre líneas.
O tal vez quiere decir que, si pones una rubia curvilínea en vez de a un señor bajito con bigote, las cosas serán distintas.

11/6/12

Planeta prohibido

Tiene narices hacer esta película en 1956.
La imaginación va por delante de los medios. Al menos, antes, iba. Cuando Lucas sabía cómo quería hacer La Guerra de las Galaxias pero no tenía los recursos necesarios (en su caso habría sido mejor que no llegara a tenerlos nunca). Al igual que James Cameron y su primer Terminator. O Pixar. Tuvieron que crear ellos mismos empresas capaces de desarrollar lo necesario.
Planeta prohibido es, técnicamente, lo que cabía esperar. Ese platillo volante. De los de toda la vida, de los de andar por casa. Un platillo volante que es un círculo con una cúpula arriba y un cilindro luminoso debajo. Sin adornos, ni historias. Un platillo volante casero. Decorados, vestuario, el robot... Todo de andar en pijama y zapatillas.
Aunque se esmeran con algunas escenografías como el descomunal interior de las instalaciones alienígenas.
Pero los temas son otra cosa. Hay mucha ciencia-ficción ahí detrás. La exploración del espacio, los límites de la ciencia, el subconsciente, las culturas alienígenas, el robot que parece cumplir las leyes de la robótica... Una película tremendamente sugerente.
¡Ah, claro! Y el tema de la humanidad crecida inocente en un entorno de armonía, mostrado a través de la chica cañón, que no está claro si es tonta o se lo hace.

9/6/12

Ella, él y Asta

Ella, una joven acaudalada que conoce a toda la alta sociedad. Él, un detective que conoce a todos en los bajos fondos. Son Nora y Nick, el matrimonio Charles.
Y Asta, por supuesto.
Entre 1934 y 1947, William Powell y Myrna Loy (y Asta, por supuesto), protagonizaron 6 películas1 sobre el detective ideado por Dashiell Hammett, el mejor escritor de novela negra del mundo. Las 4 primeras, y mejores, fueron dirigidas por W. S. Van Dyke. Después de muerto ya no se encontraba en condiciones para rodar las otras dos y fue una pérdida notable para el cine. La saga no tiene nada que envidiar a otras muchas del género pero, quizá porque estaban concebidas en clave de comedia alocada (pura screwball), han caído más en el olvido.
Mi favorita es Ella, él y Asta, tan antigua (1936) que incluso James Stewart era secundario. Cosa oportuna pues hace un papel bien distinto al que nos tiene acostumbrados.
El ritmo es frenético. El primer respiro que concede, breve, es a la hora de metraje. El tiempo de preparar unos huevos revueltos y otra vez a pisar el acelerador. Nora y Nick van de lío en lío, con los familiares de ella (museo de cera), los amigos de él (delincuentes) y una serie de asesinatos.
Nora y Nick se lo pasan bien, se divierten, beben como cosacos, disfrutan de la vida y resuelven crímenes. Y Asta, por supuesto.
Todas las pelis tienen unos diálogos acerados y mordientes, llenos de ingenio.
-Ese niño se parece cada vez más a su padre.
-Desde luego. Esta mañana estaba jugando con un sacacorchos.
__________
1. Por si te interesan los títulos de las 6 películas, aquí están. En mi opinión, merecen la pena.
The Thin Man (1934). La cena de los acusados.
After the Thin Man (1936). Ella, él y Asta.
Another Thin Man (1939). Otra reunión de los acusados.
Shadow of the Thin Man (1941). La sombra de los acusados.
The Thin Man Goes Home (1944). El regreso de aquel hombre.
Song of the Thin Man (1947). La ruleta de la muerte o La canción de los acusados.

8/6/12

El gran año

Me importan un pito las aves. Soy incapaz de distinguir un águila real de un buitre, un colibrí de un mirlo. Para mí todo son gallinas. Unas vuelan más alto que otras. Pero gallinas al fin y al cabo.
Lo digo porque, si alabo esta película, no lo hago por ser un ornitólogo redomado, ni un aficionado de los plumíferos.
Es una historia amable, simple, humana. Una historia de tres locos que compiten para tener un récord: quién ve más aves en un año. En Estados Unidos hasta la observación de aves es una competición.
Ellos son Steve Martin (un multimillonario), Owen Wilson (que ostenta el récord, 732 especies) y Jack Black (aparentemente un perdedor). Y van apareciendo Rosamund Pike, Joel McHale, Dianne Wiest, Jim Parsons, Anjelica Huston, Rashida Jones, Tim Blake Nelson...
La historia de una obsesión, de una vocación, de una ilusión. La ocasión de hacer amigos o enemigos, de compartir o rechazar. De honor y confianza. Una locura que lleva por todo Estados Unidos. Una extraordinaria metáfora de la vida donde la búsqueda vuelve a ser el eje principal. La búsqueda, no la meta. Porque es el viaje el que te aporta algo a la vida.
Personajes bien trazados, una visión serena de la complejidad humana. Te la recomiendo. Y, bueno, si te gustan las gallinas, te volverás loco.

7/6/12

Cine y fútbol

Llevaba un tiempo dándole vueltas a algo que me preocupaba: ¿por qué se estrenan películas tan flojas/malas en las próximas semanas? ¿Por qué ningún taquillazo, ninguna megaproducción?
Estaba elaborando ya teorías de la conspiración, complejos sistemas paranoicos, sospechas acerca de todo. Se veían implicados la CIA, el gobierno español y las conexiones con el dinero islámico. Me preguntaba también si el repentino auge de Yo soy cani, ese éxito en homenaje a lo facilón y la carencia de buen gusto, tendría algo que ver.
Pero, entonces, un amigo me ha dado una explicación sencilla. Se celebra la Eurocopa. Al parecer, este evento reúne a una serie de equipos de fútbol. El fútbol es un deporte en el que, en vez de dar 22 balones, uno a cada jugador, dan sólo uno, para que se lo disputen conforme a una serie de reglas estrictas que, por desgracia, no permiten los puñetazos, las patadas ni los placajes. Es decir, le quitan cualquier aliciente que pudiera tener.
Y, sin embargo, es el nuevo circo romano, lo que los gobiernos emplean para tener a la gente quieta en sus casas durante la temporada de vacaciones, para que la plebe no piense en incendiar el Parlamento o meter en la cárcel a los ministros. Que es lo que deberíamos estar haciendo.
Sea como fuere, la Eurocopa parece que es algo que ve mucha gente. Tanta que no compensa estrenar buenas pelis.
Y de una cosa que llaman Olimpiadas hablaremos otro día.

6/6/12

Longmire. Episodio piloto

En Granujas a todo ritmo, Jake y Elwood suplantaban a un grupo para tocar en un local. Preguntaban qué clase de música escuchaba la gente por allí:
-De los dos tipos: country y western.
Longmire también toca los dos tipos.
He aquí una serie de capítulos autoconclusivos que sí puedo aceptar. Sin remordimientos a la hora de dejar alguno. Es Justified pero más western todavía. Condado de Absaroka, Wyoming. Casi en Montana. Es decir, lejos de todas partes y cerca de ningún sitio.
Longmire (Robert Taylor), sheriff. Valores tradicionales, chapado a la antigua, todo eso. Un John Wayne moderno. Recientemente viudo. Bebe cerveza Rainier y vive en ese lugar que hace a los hombres como son. Porque si no, no vives allí.
Tres ayudantes. Uno que le zancadillea, otro que no hace nada y otra, Vic (Katee Sackhoff), en la que puede confiar. Pues claro. Es Katee Sackhoff. Friquis de Battlestar Galactica, uníos. Pasar 5 años en homicidios tiene sus ventajas. Y alguna desventaja.
Sencilla, previsible. Pero es lo que tiene el vivir en un lugar así. Las cosas son como son y no pueden ser de otra manera.
Honesty And Integrity.


5/6/12

Continuum. Episodio piloto

Llega la operación bikini, el tinto con gas y las series de verano. Creo que me voy a decantar por comentar las últimas. Aunque pocas novedades me han llamado la atención. The Newsroom (la espero con ganas), Longmire (con curiosidad) y Continuum (con esperanza).
Normalmente un episodio piloto deja asentadas las bases de lo que va a ser la serie. Serial o procedimental. Continuum no lo dejó claro, así que esperé al segundo episodio. Y tal vez es procedimental, pero casi ni se ha notado. Muy hábil. No sé si podrán mantener ese juego mucho tiempo.
Me gusta la ambigüedad que maneja: un gobierno aparentemente dictatorial, unos terroristas que quizá tienen parte de razón, una poli que cumple su deber pero, quizá, en el lado equivocado. Terroristas y poli vienen del futuro y la van a liar en nuestro mundo presente.
El traje de nuestra poli es la caña. Pero se han pasado con lo de la invisibilidad, creo yo.
Aún no sé si va a ser una refrescante serie de verano procedente de los fríos de Canadá o si caerá en las redundancias. De momento, no saberlo es bueno. A ver si dura.

4/6/12

Los hijos de los malditos

Rodada 3 años después de El pueblo de los malditos, es sensiblemente inferior. No es una buena película ni en sus planteamientos ni en sus resoluciones, aunque tiene ciertas pretensiones bienintencionadas.
Para empezar, una cuestión estética fundamental: el pelo blanco. Los misteriosos niños han sido despojados de su identificación albina y, aunque parezca una tontería, eso les hace perder muchísimo carácter.
Después, evidentemente, el desenlace de conflictos es extraordinariamente inverosímil, muy pedestre. Los sucesivos asaltos a la iglesia en que se refugian los niños son una sucesión de despropósitos que evidencian la incapacidad para resolver los problemas éticos que la película ha ido planteando.
Y es una pena. Porque, de haber sido buena, podría haber engendrado una interesantísima mitología propia. Sin necesidad de secuelas o remakes. Simplemente la elaboración de un universo complejo con múltiples ramificaciones, argumentos y propuestas.
En una cinematografía plagada de marcianos, vampiros y monstruos tópicos, esos niños son una novedad no resuelta, un misterio, una ambigüedad que debería dar mucho juego.

3/6/12

El valle de Gwangi

Vaqueros y dinosaurios. ¿Qué más puede pedir un niño?
La vi cuando tenía 9 o 10 años, una de esas películas que te marcan para toda la vida. Desde entonces, la estuve buscando para volver a verla. Bueno, he hecho algunas otras cosas en la vida pero, de un modo u otro, todos mis pasos, se encaminaban a este fin.
Los primeros años de búsqueda infantil fueron infructuosos. En la versión que yo vi se pronunciaba como el valle de Juanchi. Pero yo sabía que no podía ser ese nombre exactamente. Juanchi era un amigo mío y dudaba que hubiesen puesto su nombre a un valle.
Supe, gracias a mis estudios en Historia del Arte (carrera que estudié con el único propósito de localizar esta película) que los efectos especiales tenían que ser de Ray Harryhausen, tan cutres, tan encantadores, tan de serie B, tan atrevidos, con esos dinosaurios morados eléctricos, violetas eléctricos, malvas eléctricos.
Luego llegó internet y las cosas se simplificaron mucho. Averigüe, por fin, que el verdadero título era El valle de Gwangi. Pero encontrarla para descargarla fue toda una odisea, más difícil de lo que esperaba. Y, por fin, lo conseguí.
En fin. Todo un ejercicio de nostalgia. Tan casposa, elemental, brillante y sugerente como la recordaba.
Ahora veré cómo redirijo mi vida.

2/6/12

Blancanieves y la leyenda del cazador

Imagino que un espejo mágico tiene cantidad de aplicaciones y que lo mismo te hace la comida que te resuelve integrales en un pispás.
Pero como asesores de imagen no tienen ningún futuro. Un desastre, en serio. Figúrate: le preguntas quién es de este reino la más hermosa y te dice que Kristen Stewart en vez de Charlize Theron.
Como para fiarse de la magia.
Dejando aparte tamaño paradigma de inverosimilitud, el resto de la película está bastante bien y a ratos muy bien. Hay cosas que recuerdan a Las Crónicas de Narnia, El Señor de los anillos, Juana de Arco, Willow... Pero los copia bien.
Un cuento tan sobado como Blancanieves y logra mantenerte en vilo. Hay romance y acción. Y un fuerte sentido de la épica y la tragedia con imágenes poderosas y personajes bien esbozados. Kristen Stewart está mejor que en Crepúsculo, Chris Hemsworth muchísimo mejor que en Thor y Charlize Theron irradia una maldad sobrecogedora e imponente. Una mala malísima, sensacional.
Me gusta mucho el Bosque Oscuro y poco el final, abierto como para una segunda parte con la que vete tú a saber qué harán.

1/6/12

La sombra de los otros

La psiquiatra comienza analizando un caso rarito y, poco a poco, se convierte en un marrón de los buenos con algo así como posesiones diabólicas.
-Sigue hasta el final del camino y pregunta por la abuela.
Y, con todo lo loca que está la abuela, aún está más cuerda que su contrincante.
Siempre me ha llamado la atención los centenares de adolescentes que se inician con una peli de terror y de los que no vuelve a saberse. Unos pocos se pasan media vida tratando de salirse del género y buscando algo más.
Julianne Moore quizá porque no tuvo problemas en abandonar el género, vuelve a él una y otra vez. Supongo que también lo hace porque puede interpretar a esos personajes de modo convincente y con los ojos cerrados.
Me habría gustado que los directores le imprimiesen a la película algo más del ritmo que emplearon en Underworld: El despertar. Es verdad que la historia exige cierta pausa. Pero no tanta.
Pese a todo, resulta lo bastante inquietante y desagradable como para ser entretenida. Si las de terror son lo tuyo, claro. Si no te gusta que la gente vaya por ahí vomitando tierra, mejor busca otra cosa.