16/12/12

El molino y la cruz

Una rareza apta para unos pocos.
Para una minoría muy minoritaria.
Extremadamente minoritaria.
Lech Majewski toma el cuadro del Camino del Calvario de Peter Bruegel, el Viejo, e intenta animarlo, interpretándolo, imaginando vidas a sus personajes.
Es una mirada sobre la Pasión contemplada desde la visión de la Reforma, desde el dominio de España sobre los Países Bajos, sobre el intento de contener el avance del protestantismo. El problema político-religioso de las sociedades que aún no han descubierto cómo separar Iglesia y Estado.
Una mezcla singular, tanto como esas imágenes en que se entrelaza realidad y pintura y en las que uno no sabe dónde empieza el paisaje natural y dónde comienza la imagen pictórica.
Una labor de fotografía impresionante y un trabajo descomunal de vestuario.
Es fría, casi sin diálogos. No hay evolución en el guión. Es una película para contemplar. La  imagen, a veces, se detiene durante largo tiempo o realiza lentos travellings con los personajes inmóviles, detenidos en su pose.
Creo que el director se ensimisma demasiado en su propia película para decirnos lo bien que lo hace. Pero es otro tipo de cine diferente, muy personal, que tiene su interés.
Rutger Hauer y Charlotte Rampling están ahí, como anzuelo, a ver si la gente pica.

2 comentarios:

edp dijo...

Tiene una pinta tipo Joven de la perla, pero ya veo que no va por ahí...

Individuo Kane dijo...

No, no. No tiene nada que ver.
Yo esperaba algo del estilo "El sol del membrillo", pero tampoco es eso.
No sé con qué compararlo.