21/11/12

Gore o sutileza


Supongo que, quien más quien menos, se ha tragado en alguna ocasión una película gore. Hay quien lo hace por afición. Enhorabuena.
Pero como bien señalaban en Scream 4, cosas como Saw no son de miedo, son de asco. Pese a todo, hay gente que disfruta con esas singularidades.
Como siempre, una cosa es el gusto (me gusta, no me gusta) y otra la calidad (bueno, malo). Y hay un terror psicológico mucho más interesante que el gore. Por ser inteligente, sutil, hábil en la capacidad de sugerir.
Hemos visto miembros segados por motosierras, cortadoras de césped amputando anatomías, carnicerías de diversos tipos. Pero todo ello no conmociona como ese duelo psicológico entre Jeff (Patrick Wilson) y Hayley (Ellen Page) en Hard Candy.
El otro día pude comprobar, por segunda vez, cómo la célebre secuencia de la castración no explícita, obligaba a alguien a pedir tiempo muerto para poder tumbarse. Simplemente porque la imaginación hacía mucho más que cualquier extirpación visual de genitales/vísceras/hemoglobina.

1 comentario:

io dijo...

En mi opinión, el gore, la carnicería explícita, resulta increible. Da asquito, da repugnancia, pero tiene una nota de irrealidad que impide que realmente aterrorice (repito que esta es sólo mi opinión). Sin embargo, cuando te insinúan algo, sobre todo cuando te lo insinúan bien, la propia imaginación se activa, pero se activa de forma completa: no tienes la imagen, pero es posible que tu cerebro te la muestre, acompañada de sensaciones que sí resultan terroríficas, porque son tuyas, las experimentas tú, no te las están danndo mascadas desde fuera. Además, si no te enseñan algo... puf! debe de ser muy muy horroroso!