Ruby Sparks

Calvin es escritor, es joven y es brillante. Pero tras su primera novela tiene bloqueo creativo. Empieza a escribir sobre una chica llamada Ruby Sparks. Y lo hace con tal maestría, con tal perfección, con tal intensidad que, una mañana, al despertar, Ruby está instalada en su casa.

Calvin cree que ella es una alucinación y Ruby no sabe que es imaginaria.
Pero ahora Ruby tiene vida propia. Y si Calvin no la reescribe, Ruby toma decisiones que a él no le gustan.
En mi opinión flojea un poquito en la parte central, la relación romántica (encontronazos y perdones se vuelven algo repetititvos) entre Calvin y Ruby. Pero es buenísima en lo que se refiere al juego metaliterario entre creador y criatura, entre destino y libertad.
Me sigue pareciendo mejor, en su conjunto, Más extraño que la ficción. Pero Ruby Sparks tiene momentos más logrados e incisivos. Véase la secuencia estremecedora, potentísima, terrible, en la que Calvin cuenta a Ruby que ella es imaginaria.
Me encanta Paul Dano. Zoe Kazan se lo curra muchísimo. Antonio Banderas y Annette Bening tienen unos personajes un poco extremos pero están bien en su papel. Y es una pena que ande por ahí Steve Coogan haciendo, como siempre, el subnormal: sobreactuado, borde.