Downton Abbey. 3x05

Algunos amigos me han pedido que diga algo más que un mero snif.

Creo que esa palabra lo resume muy bien. Me pareció la más precisa para definir este capítulo. Pero comento algo más porque me ha estado viniendo a la cabeza toda la semana. Porque me lo recuerdan o porque, simplemente, me impactó.
Downton Abbey 3x05 es un capitulazo para recordar. Fellowes se ha asegurado de ello. Vaya que sí. De modo que, si no lo viste, ahí va spoiler.
Ya lo dije y todo el mundo lo sabe. Downton Abbey es un culebrón.
Pero muy bien hecho.
Porque, de cuando en cuando, se atreve a hacer cosas escandalosamente desconcertantes dentro de un culebrón: gastarse esa pasta en producción, el nivel de los actores, los diálogos trabajados, vestuario, montaje... cargarse a Sybil...
¡Cargarse a Sybil!
Se dice muy fácil, pero mira que fue duro. Fue brutal, implacable, feroz, domoledor. Sin piedad. Un auténtico drama con nocturnidad, alevosía, saña y sin un ápice de sentimentalismo.
Y la interpretación de Maggie Smith, tambaleándose al apoyarse en el bastón, como si, por primera vez en su vida, los años empezaran a pasarle verdadera factura.
Para enmarcar.