29/8/12

Pollo con ciruelas

A veces, decir que una película es bonita, constituye el peor elogio que le puedes hacer.
Pollo con ciruelas lo es. Tiene una planificación maravillosa, tiene ideas visuales sugerentes y tiene un montaje original. Son bonitos esos cambios entre los colores saturados de un cuento y el blanco y negro, lo es la entrevista con la muerte, lo es la parodia del cine americano de los 50 y los dibujos animados y ese toque mágico y surrealista.
Hay cosas bonitas, sí. Pero, como al violinista de la película, le falta alma, atrapar el suspiro de la vida. O tal vez algo verdaderamente profundo que contar. La historia trágica romántica tiene fuerza en los pocos minutos que dura, pero carece de emoción en todo su desarrollo previo.
La prefiero, con todo a Persépolis. Satrapi se está depurando. La directora está buscando, se nota. Entre su anti-islamismo y su anti-americanismo está atrapada, tratando de encontrar la solución. Habrá que estar pendiente para averiguar hacia dónde va.

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