3/6/12

El valle de Gwangi

Vaqueros y dinosaurios. ¿Qué más puede pedir un niño?
La vi cuando tenía 9 o 10 años, una de esas películas que te marcan para toda la vida. Desde entonces, la estuve buscando para volver a verla. Bueno, he hecho algunas otras cosas en la vida pero, de un modo u otro, todos mis pasos, se encaminaban a este fin.
Los primeros años de búsqueda infantil fueron infructuosos. En la versión que yo vi se pronunciaba como el valle de Juanchi. Pero yo sabía que no podía ser ese nombre exactamente. Juanchi era un amigo mío y dudaba que hubiesen puesto su nombre a un valle.
Supe, gracias a mis estudios en Historia del Arte (carrera que estudié con el único propósito de localizar esta película) que los efectos especiales tenían que ser de Ray Harryhausen, tan cutres, tan encantadores, tan de serie B, tan atrevidos, con esos dinosaurios morados eléctricos, violetas eléctricos, malvas eléctricos.
Luego llegó internet y las cosas se simplificaron mucho. Averigüe, por fin, que el verdadero título era El valle de Gwangi. Pero encontrarla para descargarla fue toda una odisea, más difícil de lo que esperaba. Y, por fin, lo conseguí.
En fin. Todo un ejercicio de nostalgia. Tan casposa, elemental, brillante y sugerente como la recordaba.
Ahora veré cómo redirijo mi vida.

No hay comentarios: