23/1/12

Sin salida (Abduction)

Cuando las fuerzas del orden público americanas se preparan para asaltar una casa, siempre tienen el detalle de no cubrir la puerta trasera para dar un poco de ventaja. Nunca he acabado de entender por qué la puerta trasera es menos importante que la de delantera. O por qué no vigilan las dos con igual intensidad. Al fin y al cabo es por la que huye el perseguido. Lo mismo sirve si son los malos los que asaltan la casa del bueno. Supongo que, a países diferentes, costumbres diferentes.
Abduction está plagada de estupideces como ésta. No sé. Supongo que tendré que comprarme el DVD para buscar en los extras, con la esperanza de que alguien me explique lo de la chica atada y amordazada que, de pronto, aparece tan campante.
La trama, ya de por sí, es inconcebible. Hijo de espía dado en adopción a otros espías, presentado como desaparecido, porque tal vez 17 años después pase algo.
Siempre pensé que Lance Reddick era el actor más inexpresivo del mundo. Después de verle en The Wire, Lost o Fringe tiene la excusa de que su papel es aparentar esa indiferencia. Ahora bien, Taylor Lautner le derrota claramente. Su capacidad expresiva llega hasta donde llega el movimiento de sus bíceps.
Lo peor es que pretende ser algo así como Con la muerte en los talones en plan teen. Qué espanto de película.

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