4/9/11

Extraños en el paraíso

No hace falta que te diga que Jim Jarmusch es un cineasta peculiar.
Con frecuencia demasiado peculiar.
Ahora bien, el tío tiene su gracia cuando quiere. Un colmillito venenoso y otro socarrón.
Extraños en el paraíso puede ser muy divertida si la miras con los ojos adecuados, si no te asustas por esa forma tan extraña de concebir cada plano, encerrados entre dos planos negros, como si te dejara tiempo para reflexionar sobre lo que has visto o para tratar de anticipar lo que vendrá.
Eva, Willie y Eddie. Un trío que conforma una relación que no lo es. Distanciamiento, aproximación, desajuste. Tres tiempos bien divididos en los que, lo que llegaremos a averiguar de ellos será más bien poco. Pero con escenas tan divertidas como la del cine, la del friqui de la playa o la de la tía despidiéndose de ellos antes de irse a Florida.
Florida, el paraíso.
Pero el paraíso está en horas bajas y los caminos de Eva, Willie y Eddie van a tomar un rumbo inesperado.
No es la vida.
Es Jim Jarmusch.

2 comentarios:

edp dijo...

A mí la gracia que me hace Jarmusch es del tipo maldita: ya sabes "maldita la gracia qu me hace".

Individuo Kane dijo...

No siempre estoy a favor de él, no te creas.
Pero esta vez, no sé... A lo mejor iba bien dispuesto y todo eso. La primera parte es un poco lo de siempre: este tío de qué va. Pero ya hay apuntes y luego coge forma.
No es que te la recomiende en plan "Harakiri" (no la he puesto 10) pero...