1/9/11

El perfecto anfitrión

John Taylor acaba de robar 300.000 dólares. Busca refugio, con mentiras, en una casa. Pero es la casa más inapropiada que podía elegir. Porque allí vive Warwick Wilson. Y Warwick Wilson no es lo que parece.
Nick Tomnay es uno de esos tipos que sabe colocar las cosas.
El montaje, la edición, como se le quiere llamar, es un elemento pocas veces valorado y, a menudo, decisivo.
Cuando tienes a alguien que sabe que esta escena va aquí y esta otra allá, cuando sabe el momento justo en que debe empezar, acabar e introducir un nuevo elemento, la película sube muchos puntos.
No había ido a verla hasta ahora porque el tráiler me pareció pésimo, no invitaba a un visionado. Pero, sorpresa, El perfecto anfitrión está muy por encima de lo esperado. Con una coincidencia descabellada, es verdad. Eso sí se le puede reprochar. Pero conseguir que hasta eso resulte verosímil o, por lo menos, admisible...
Muchas veces me recordaba a La huella. Otras muchas a Hard Candy. Psicosis, en cierto modo. A caballo entre unas y otras, te sumerge en un duelo onírico, en una casa donde la tensión y el desconcierto se reparten de modos iguales.
La misma historia de siempre. Pero contada de modo originalísimo.
Atrévete. Acepta la invitación a cenar.
Sólo un consejo: no pidas vino tinto.

2 comentarios:

edp dijo...

Cuando vi el trailer pensé que podría ser fácilmente la peor película del año.

Individuo Kane dijo...

A veces los trailer te cuentan todo, otras nada y, siempre, causan una falsa impresión.