15/6/11

Raising Hope

Me gusta el humor inteligente.
En primer lugar porque tengo tanto derecho como cualquier otro a pasar por un pedante.
En segundo lugar porque es verdad. Me gusta pillar esas cosas con doble o triple vuelta de tirabuzón. Y, cuando no las pillo, me gusta saber que me estoy perdiendo algo y que podría indagar sobre ello (o no).
Pues Raising Hope no es humor inteligente y, sin embargo, hay pocas series con las que me ría más. Raising Hope es humor directo, bruto, visceral. Guerra de escupitajos contra una alpaca, intentar quitar las pilas a la bebé para que deje de llorar, pringarse de yogur, descargas eléctricas, caídas, golpes, El Club de la Lucha, alguna que otra vomitona y Shelley (Kate Micucci), la de la guardería, que es un chiste en sí misma (graciosísima siempre). O las letras de esas canciones, tan sutiles como la del día de Acción de Gracias: Charlie Sheen da gracias por sus fulanas.
La familia Chance (je, je) es una familia de perdedores. Pobres como ratillas. La bisabuela tiene Alzheimer, la madre limpia retretes, el padre siega jardines, el hijo limpia piscinas... Viven el día a día. Día tras día.
Y, un día, Jimmy, el hijo, sin saberlo, es seducido por una asesina en serie. Nueve meses después la chica acaba en la silla eléctrica y a él le deja una bebita: Hope. Hope Chance (je, je).
Y está Martha Plimpton. Tan crecidita como en The Good Wife pero tan zumbada como cuando hizo Los Goonies.
Y sí: mi casa es cualquier sitio en el que esté contigo.

2 comentarios:

edp dijo...

Vi dos y no la pude soportar. Ya sabes que detesto el homenaje a la white trash

Individuo Kane dijo...

Yo vi el primero y, me pareció tan delirante, que supe que estaba enganchado.
Ahora bien. Hay que admitir que llegué a "Raising Hope" después de rebotar en "No ordinary family". "Raising Hope" me pareció que tenía todo lo que "No ordinary family" debería haber tenido.
No voy a defender "Raising Hope" a capa y espada: es elemental y bruta. Pero sí me rio con ella y son 20 minutos de desengrase total.