21/5/11

Piratas del Caribe: En mareas misteriosas

Anda suelto por ahí mucho crítico de cine estreñido.
Ya sé que no es una obra maestra, diantre. Y, por los siete mares, que no es un peliculón. Ya sé que no depara las sorpresas de la primera y ya sé que pertenece al despreciable género de aventuras.
Pero ahí está: ¿qué más pedirle a una peli de aventuras? Es entretenida, los 140 minutos se pasan en un suspiro, tiene acción, es divertida, hay buenos diálogos y la producción es impecable.
Por cierto. Sé de alguno que, no hace muchas semanas, hizo arrumacos a Águila Roja justificando lo injustificable. Y ahora pone peros, busca tres pies al gato, a Piratas del Caribe. Por favor: que se haga el nudo de la propia cuerda que le ahorcará.
El esquema es el mismo: gente que miente a gente, se alía y se traiciona para lograr llegar a la Fuente de la Juventud. Y, como todo el mundo miente, Angélica les engaña diciéndoles la verdad. Y un final en plan Indiana Jones y la última cruzada. Intrascendente. Un juguete. Vaaale. Pero me lo pasé bien. Con ganas de poner rumbo a Tortuga.
Y si me preguntas por qué no aproveché las aguas de la Fuente de la Juventud te diré con Jack Sparrow:
-Yo no tengo ni voz ni voto. Mi vida es la de un pirata.
Por supuesto, no puedes perderte la secuencia tras los títulos de crédito: muy graciosa , la hija del mismísimo Barbanegra.

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