15/5/11

Arthur y la guerra de los mundos

Nunca conseguiré entender a Luc Besson. Tiene medios, capacidad e imaginación para hacer una buena película. Pero, temo decirlo, no la hace porque no quiere.
Véase Adele y el misterio de la momia. A su alcance estaban todos los elementos para construir una trama de Indiana Jones en versión femenina y en el siglo XIX. En Arthur 3 podía haber construido una simbiosis elegante entre Cariño, he encogido a los niños, Pequeños guerreros y Toy Story. La destrucción de la ciudad, las muchas ideas con los juguetes como medios de transporte, los insectos gigantes... Todo eso carece de fuerza, de tensión, de atractivo.
Luc Besson es como un niño caprichoso al que le dan un juguete caro y lo destroza porque cree que eso es más divertido. Y sólo le hace gracia a él.
Está bien el diseño de los dibujitos, la integración con el mundo real y, hasta cierto punto, los golpes de humor, las confusiones. Pero es un pesado, caray. No sabe cuándo una broma deja de ser divertida y empieza a ser un tostón.
Lástima. Sólo apta para menores de 7 años.

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