2/4/11

Invasión a la Tierra

Alguien debería hacer una tesis sobre los autobuses en las películas americanas. No sé qué clase de devoción sienten por unos vehículos esencialmente incómodos.
La tesis debería empezar, lógicamente, por el autobús de Speed, culmen de la iconografía de dicho transporte. Habría que hablar de esos autobuses que, aunque vivas en la granja más pérdida de Kansas (Smallville) paran a la puerta de tu casa, de todas las casas. Impresionante la red que tienen. Luego estarían los autobuses de combate, como en Terminator 3, capaces de destruir edificios sin dejar de funcionar. Bruce Willis también ha manejado unos cuantos.
En Invasión a la Tierra, después de la ocupación alienígena, después de la destrucción masiva de coches, tanques, helicópteros, puentes y autopistas, ahí está un autobús, incólume, listo para ser pilotado y servir de medio de evacuación a soldados y civiles.
¿La peli? No pierde el tiempo en describir a los protagonistas porque sabe que, en el fondo, es lo de menos. Así que la invasión empieza a los 15 minutos y todo lo demás es hormigón volando por los aires. Aaron Eckart y Michelle Rodríguez se encargan de patear los culos aliens.
Estamos en guerra.
-¿Retirada?
-¡Y un cuerno!
Señor, sí señor.

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