8/4/11

Confessions

Electrizante.
Demoledora.
Creo que ninguna película me había sacudido tantas veces en tan sólo su primera media hora. Luego, bien, ya sabes que cualquier brutalidad puede ocurrir. Y ocurren, claro que sí. Y te vuelve a sacudir.
Todos esos planos fijos, cortos, afilados como cuchillas, secos como mazazos en la cabeza.
La profe llega a clase y pronuncia, con voz monótona, implacable, su despedida. Bueno, su despedida y algo más.
¡Ah! ¡Qué venganza! ¡Cuánto tienen que aprender el Conde de Montecristo o Beatrix Kiddo! Venganza fría, refinada, meditada. Como sólo saben hacerlo los orientales.
-Sólo bromeo contigo.
¡Ah, la señorita Moriguchi!
Qué fuerte. Qué retorcida.

2 comentarios:

edp dijo...

Sí, empieza brutal y luego empeora. Son retorcidos pero también bastante asépticos.

Individuo Kane dijo...

En lo de la asepsia tiene mucho que ver esa maravillosa planificación. Incluso en la secuencia del baile en la que todos ríen, parece totalmente ajena.