13/3/11

Cuestión de principios

Demasiado sencillita y poco cuidada en su puesta en escena. Flojea esa iluminación, el sonido y los aspectos técnicos en general. Rodrigo Grande confía toda la cinta a las interpretaciones, esperando que los actores resuelvan la papeleta.
Es entretenidilla, tienen sus puntos de gracia y hasta su miga de mensaje. Pero, como ocurre siempre, no basta con poner la cámara ahí y rodamos.
Me gusta el comienzo, ese comentario de oficina en el que uno de los empleados analiza Ciudadano Kane mientras se toman un café. La gente alucina en colores con ese tipo que ha visto una peli que acaba con un trineo y es en blanco y negro. Gracioso.
Pero, evidentemente, lo mejor es Norma Aleandro. A este tipo de actrices que llevan la vida entera en escena las llaman grandes damas. Norma Aleandro es una gran dama del cine argentino. Yo creo que es más que eso. Creo que es la expresividad con patas. No le hace falta hablar. Basta verla para saber lo que está pensando, lo que siente y hasta qué pasa por su subconsciente. Buena escena, la de la perfumería:
-¿Vos crees que esto es una película americana?
Inmensa.
Y, además, tiene muy buena química con Federico Luppi.

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