22/12/10

El último bailarín de Mao

Ocurre, y lo entiendo, que a la mayoría de la gente les emociona la película.
Tiene buenas intenciones, la historia es maja y todas esas cosas. No sé, por decirlo de alguna manera, es una de esas películas que procuran ponerte los sentimientos a flor de piel de tal manera que, en el fondo, no puedes decir nada malo de ella. Como Un sueño posible, por ejemplo.
Pero no sé si es que he visto demasiado cine o, simplemente, que he visto Noches de sol, el caso es que no me acaba de convencer. Reconozco que es muy mala práctica sentarse a ver una película y estar continuamente comparándola con otra. Es malo pero no podía evitarlo: Noches de sol se me venía a la cabeza una y otra vez. Pensaba que esto o aquello deberían haberlo hecho así o asá. Pero entonces habría sido Noches de sol.
En fin, me parece que El último bailarín de Mao no tiene la suficiente habilidad para despegarse de su referente y tampoco para parecerse a ella. Los personajes son sencillos (americanos buenos, chinos malos) para que sea fácil entenderlos.
Y, después de ponerla a caldo, reconozco que es una película muy asequible para muchos públicos y que hasta acabarán encantados con ella. Quizá tú eres uno de ellos.

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