10/11/10

Caza a la espía

Esta película es muchas cosas: espías, corrupción política, manipulación informativa.
Sin embargo, funciona mejor como drama. El papel le va a Sean Penn como anillo al dedo, perfecto para que exprese su furia. Y Naomi Watts encarna muy bien a Valerie Plame.
Madre, esposa y agente de operaciones encubiertas de la CIA. No es una ficción. Es real. La señora que se encargó de investigar las armas de destrucción masiva en Irak, que ofreció una información y un burócrata se la tergiversó. Y, para que no pudiera hablar, la quemó ofreciendo su identidad a la prensa.
Lo mejor de la película, en mi opinión, es el carácter de ella. Una actuación siempre correcta, decisiones siempre acertadas y la voluntad de guardar silencio (con la que le estaba cayendo encima) hasta el momento adecuado en el Comité de Investigación.
Paul Greengrass la habría dirigido mejor y Aaron Sorkin la habría escrito mejor. Pese a todo se deja ver gracias a la interpretación de los dos protagonistas.

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