18/8/10

Muerte en el Nilo

De las muchas adaptaciones que se han hecho de Agatha Christie para series y películas, sin duda me quedo con este film de 1978.
Atento al reparto: Peter Ustinov, Bette Davis, Mia Farrow, Angela Lansbury, David Niven y Maggie Smith. Me llama la atención porque es un puente extraño, un enlace entre intérpretes consagrados, ya en sus últimos años, y otros que empezaban a destacar en ese momento. Es un poco extraño ver a Bette Davis con Mia Farrow. Como mezclar dos concepciones distintas del cine, dos épocas diferentes. Como jugar con efectos especiales.
Muerte en el Nilo no destaca por su habilidad para la tensión policiaca. Supongo que, después de ver o leer, decenas de adaptaciones de Hercules Poirot, a todo el mundo le importa un pito quién sea el asesino. Es imposible averiguarlo, así que para qué esforzarse. Lo bueno de Muerte en el Nilo es su exotismo, esos paisajes egipcios, rodados en los lugares auténticos, ese ambiente que es capaz de crear, por sí solo, todo el suspense que se quiera mostrar.
Ahora ya soy un hombre hecho y derecho, pero recuerdo que la primera vez que vi esta película Mia Farrow me dio mucho miedo con sus repentinas apariciones. No miedo en el sentido de terror, sino miedo en el sentido de esta tía es más peligrosa que una caja de bombas.

2 comentarios:

edp dijo...

Yo creo que me quedo con Diez negritos, que sí lleva mejor el suspense (o al menos eso recuerdo de cuando la vi hace mínimo 10 años). Asesinato en el Orient Express no estaba mal, también tenía esa retahíla de famosos haciendo cameos con puñales...
Mia Farrow es una mujer que puede ser muy inquietante, en esto totalmente de acuerdo. Y mira que Woody Allen la sabía escribir papeles dulces y desvalidos.

Individuo Kane dijo...

"Asesinato en el Orient Express" tampoco estaba nada mal. Recuerdo cuando el tren salía de la estación (o cuando llegaba). Sidney Lumet hacía cosas maravillosas con la cámara.
Y, claro, Mia Farrow. Si has hecho "La semilla del diablo" tienes que valer para meter miedo en el cuerpo. De hecho, lo único interesante de la última versión de "La profecía" era su inquietante presencia.