25/4/10

Innisfree

Pocas películas/documentales expresan tanta nostalgia como ésta. Morriña tal vez fuese más exacto. O quizá melancolía para los lugareños de Innisfree y evocación para los espectadores.
Esa película pequeña que se titulaba El hombre tranquilo y que John Ford apreciaba de un modo especial acabó por pasar a la historia del cine. De ahí que José Luis Guerín decidiera, casi 40 años después, darse una vuelta por el bar de Pat Cohan y ver qué había sido de sus gentes, de su memoria.
Obviamente, yo no lo habría filmado de esa manera. Supongo que nada de lo que hace Guerín acaba de entrar en mis esquemas. No le he encontrado las vueltas a este hombre. Pese a todo, Innisfree es, con mucha diferencia, creo yo, lo mejor que ha hecho. Aunque, en gran parte, el motivo se debe, como decía, a su fuerza evocadora: John Ford, John Wayne, Maureen O'Hara... Nos ofrece la posibilidad de verles como seres muy humanos. Como ese tipo que sacó a bailar a Maureen O'Hara el último día de rodaje y considera que fue el acontecimiento de su vida o el que prestó el perro para que condujera las ovejas.
Innisfree sirve, entre otras cosas, para confirmar que los irlandeses beben cerveza negra como si fuese agua.

2 comentarios:

edp dijo...

A mí sí me gusta todo lo que toca Guerín (quizá más Tren de sombras) y si encima lo mezclas con Irlanda...

Individuo Kane dijo...

Y con la cerveza.