1/4/10

Furia de titanes

La filosofía de la película es sencilla: cuanto más grande, mejor. Escorpiones como vagones de tren, un kraken como una ciudad... No hay más.
Furia de titanes es un peplum aventurero como aquellos que se hacían en los años 60 tipo Jasón y los Argonautas. En realidad es un remake al que le han añadido muchos efectos especiales.
Las peleas ni siquiera están rodadas con nitidez y, en realidad, no se puede decir que sea espectacular. No hay imaginación ahí detrás. El Olimpo es ridículo, la ciudad de Argos no impresiona, los escenarios naturales no sorprenden.
Furia de titanes es como Percy Jackson y el ladrón del rayo. Incluso el argumento es muy similar. Pero lo que se puede admitir en una película para adolescentes, no se puede tolerar en una para supuestos adultos. Incongruencias de bulto y un final de esos que justifican demandar a los guionistas por insultar al espectador.
El único matiz interesante, los hombres en rebelión contra los dioses, se soluciona con un giro radical en el que papá Zeus y Perseo hijo se hacen amiguetes echando la culpa de todo a Hades.
Otra patada en los dientes a la mitología clásica.

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