29/3/10

El escritor

Soy partidario de las originalidades, del lenguaje cinematográfico deconstruido, de los montajes fragmentarios. Pero los clásicos son clásicos por un motivo evidente: encontraron el lenguaje adecuado para contar determinadas cosas.
Y hay algunas historias para las que el lenguaje clásico sigue siendo el canal más apropiado. Polanski es uno de los pocos directores clásicos que queda y es todo un placer ver El escritor. Una película de suspense, en el fondo muy sencillo, pero narrado de forma magistral. Tiene mucho de sí mismo (Los tres días del cóndor) y mucho de Hitchcock.
El final puede defraudar un poco porque la sorpresa no es que sea muy grande. Pero las dos horas que dura el guión cuentan, ejemplarmente, esa situación tan característica: la historia de un hombre que, sin saber cómo, se mete en un lío del que ya no puede salir.
Me encanta la choza del ex primer ministro británico. Quiero una como ésa. Además, prometo utilizarla mejor que él.

28/3/10

El concierto

La semana pasada estrenaron esta película en una sala de cine en la ciudad. Una única sesión nocturna. Recaudó una barbaridad así que, esta semana, la ponen en todas las sesiones.
Un empleado del cine me decía:
-No entiendo que haga tan buena taquilla.
Bueno. Yo no entiendo que no lo entienda. Se supone que distribuidores y exhibidores deberían tener mejor olfato. El concierto, con una buena promoción, podría haber sido algo así como Bienvenidos al Norte. Quizá no tanto, pero semejante.
Es una película amable, una comedia llena de simpatía, con momentos surrealistas y alocados, tiene su punto de drama y sus momentos sentimentales que permiten soltar la lagrimilla si uno es aficionado a ello. Además es una crítica al comunismo y al capitalismo con algunas situaciones tronchantes. Nos ofrecen el Concierto para violín de Tchaikovsky. Trabaja Mélanie Laurent. Y acaba como tienen que acabar estas cosas: del mejor modo posible. Como si fuese un cuento de hadas.
Desde luego, eso de que Anne Marie no conozca su verdadero origen es un truco barato para mantener el artificio del suspense pero ¿a quién le preocupan algunas incoherencias de guión y los absurdos del alma rusa si todo lo demás es entretenido?
Yo también brindo por Leah. Preciosos, letales, esos fragmentos de Siberia.

27/3/10

Cómo entrenar a tu dragón

Creo que cuando se estrenó Shrek todos nos quedamos con la boca abierta.
Como si un nuevo Pixar hubiese irrumpido en el universo de la animación, dispuesto a patear las posaderas de Disney.
Luego, por desgracia, Dreamworks no estuvo a la altura del reto.
Cómo entrenar a tu dragón, sin llegar al nivel del Shrek, tiene una calidad altísima: escenas espectaculares, personajes bastante sólidos, secuencias inteligentes para narrar la amistad de humano y dragón alternando con los entrenamientos, batalla apoteósica y un final con un toque realista que exige cierta osadía en una película para niños.
Técnicamente impecable, guión bastante logrado aunque no sea innovador.
Me gustan los secundarios: Astrid, Patapez, Patán Mocoso y, especialmente, los hermanos Brusca y Chusco sumidos en una pelea permanente (ese pilotaje de un dragón bicéfalo discutiendo quién conduce).
Pero está muy bien, ante todo, que no haya un esfuerzo para acumular chistes uno detrás de otro, forzando las situaciones, cosa de la que Dreamworks abusaba muchísimo, hasta volverse insoportable en Madagascar. La película tiene seriedad y las gracias surgen de la vida misma.

24/3/10

Madonna

Supongo que el éxito de Kathryn Bigelow le ha animado a embarcarse en esta locura.
No sé qué pasa por la cabeza del común de los mortales (y mucho menos por la de Madonna) pero leer que ella va a dirigir una película basada en un guión propio, me ha provocado un escalofrío desde los talones a la nuca.
W. E. se va a titular la película.
Y, a la entrada de los cines, supongo que se montarán tenderetes con tomates y otras frutas y hortalizas.
Pienso que Madonna hizo el papel de su vida en Evita. Era un papel escrito, diseñado, esculpido y perfecto para ella. Y supo sacarle partido. Pero alguien debería habérselo dicho:
-Ya está, chica. Has dado todo lo que podías en el cine.
¿Tan carente anda la gente de buenos amigos? ¿Tan poca gente hay dispuesta a decir la verdad?
W. E. escrito y dirigido por Madonna.
Voy a tardar en asimilarlo.

23/3/10

Acantilado rojo

Hay que reconocerles a los chinos que, cuando se ponen a juntar gente, no tienen competencia posible. No es que abunden las producciones chinas pero, las que hay, son megalomaníacas.
En la peli hablan, en un momento, de un ejército de 800.000 personas. Y tentado está uno de creer que hay esa cantidad real de extras.
La peli es china y tiene sus cosas chinas. La clásica lección a partir del té, por ejemplo. O la música abrasiva con esas guitarras horizontales. Honor y guerra, música y estrategia. Tienen sensibilidad y seguramente a ellos les dice cosas. Aquí, se escapan muchas de ellas.
Acantilado rojo son dos horas y media que cuentan una sola cosa: el asedio y defensa del lugar que lleva por título. Allá por el siglo III. Y como sólo cuenta eso, a veces es un poco plomizo.
Pero tiene secuencias fascinantes: la estrategia de las mujeres arqueras y el laberinto de escudos, el vuelo de la paloma sobre la flota enemiga, el mayor incendio naval que se haya visto en una pantalla. Sin tanto esteticismo como Zhang Yimou, cosa que yo agradezco.
Como el que dirige es John Woo no falta el clásico duelo final cara a cara que parece irresoluble.
En el fondo es la de Troya en versión china. Con su Helena y todo.
Son las armas de mujer. Bueno, y las de un millón de hombres.

19/3/10

El libro de Eli

Extraña.
Y, por lo tanto, buena.
Western futurista con indudables conexiones con The Road.
Es también una reflexión (ligera) acerca del poder de la palabra y de la Palabra.
Acoto lo de ligera porque podría haber sido un drama con todas sus consecuencias, igual que The Road, pero El libro de Eli tiene momentos de acción bastante curiosos. Te encuentras tranquilamente escuchando hablar a Gary Oldman acerca de los libros, de su importancia para dirigirse a las masas y, cuando quieres darte cuenta, se ha montado un lío impresionante, una pelea de saloon, una persecución en coche, un tiroteo en la calle. Denzel Washington está ahí, el forastero que no quiere pelea pero se la encuentra.
No desentona, creo yo. Pero te rompe la cintura.
Además, incluso hay una sorpresa al final.
Una de las pocas ventajas que tiene el no usar jabón es que hueles a la gente a distancia. Eli lo sabe muy bien. Y por eso lleva un pedazo de cuchillo que es de lo más.

17/3/10

Cuando lo comercial se une a lo pedante

Estoy francamente impresionado.
La fábrica de sueños nunca deja de sorprender.
Sabía que ya andaban buscando director para la cuarta (y última, se supone) parte de la saga Crepúsculo. Incluso sabía que andaban buscando un director de cierta altura. Yo pensaba que se referían a un director de cierta altura dentro del cine de acción o de películas románticas. No sé, algo así como Roland Emmerich o Garry Marshall. Por aquello de potenciar alguno de los dos aspectos en los que tanto flojean las películas.
Pero no. No basta con un director especializado en cine comercial. Quieren un director reputado, de prestigio.
En concreto: Sofia Coppola o Gus Van Sant.
Aunque me intriga ese cruce de comercialidad y pedantería, me parece un aliciente más para prescindir de ella.

16/3/10

Blood: The last vampire

No sé si es lícito calificar a esta película como de serie B ya que costó 30 millones de dólares.
Lo es por esa forma tan rarita que tiene Nahon de dirigir y montar (véase su casi infumable El imperio de los lobos): imposible ver un golpe o un espadazo con nitidez.
Las escenas de acción dejan bastante que desear y, sobre todo, la secuencia de la pelea en el camión, que cae encajado entre dos montañas, es para condenar a alguien.
Pese a todo, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una peli de serie B (si lo es). Entra a saco en la historia, sin explicaciones, dejando que la trama se vaya contando a sí misma. Saya, medio humana y medio vampiro, es una chica subcontratada por la CIA para matar vampiros, especialmente a Onigen, el más peligroso.
Sin embargo, el personaje que más me ha interesado, es el de Alice. Está inspirado, casi calcado, del de Sarah Connor en Terminator: siempre hacia delante, nunca rindiéndose, conduciendo camiones, el final de psiquiátrico... Incluso físicamente tiene cierto aire.
Uno de esos aprobadillos justos que dejan buen sabor de boca. Aunque puedo entender que los fans abominen de ella.

15/3/10

Lo mejor es que esto ya se acabó

Eso escribí hace una semana hablando de la trilogía Millenium: Lo mejor es que esto ya se acabó.
La vida es muy irónica. O cínica. O injusta. Hay cosas que crees que ya se han ido para siempre, circunstancias que terminaron, fases por las que uno pasa y que parece que ya no volverán.
Pero vuelven. Vaya si vuelven.
Ahí está David Fincher, dispuesto a hacer el remake de Millenimum 1: Los hombres que no amaban a las mujeres.
Preguntaba Diane Kruger a Brad Pitt, en Malditos Bastardos, que si los americanos eran capaces de hablar algún otro idioma que no fuese el suyo. Una pregunta llena de sabiduría. También habría que preguntarles si también son incapaces de leer subtítulos en su propio idioma.
Puedo entender que se hagan remakes de películas importantes. Pero hacerlo de películas intrascendentes...
Es David Fincher y, desde luego, puede dar la sorpresa. Pero lo dudo mucho. Desde que su barba dejó de ser negra para volverse blanca, perdió gran parte de su toque. Las canas no le trajeron sabiduría.

14/3/10

The Shield

En La Granja, distrito ficticio de Los Ángeles, hay una importante mezcolanza de razas: negros, mexicanos, panameños, rusos, armenios... Cada uno tiene su especialidad delictiva pero es normal que entren en conflicto.
No es raro que la policía esté bastante ocupada con todo ese ganado de La Granja.
Hiperrealista, hiperviolenta, hipertestosterónica. Los polis tiene confidentes, amiguetes y, claro, algún que otro trapicheo. O algún que otro negocio a lo grande.
Vic Mackey (Michael Chiklis) es el amo de la barraca. Dirige el equipo de asalto, impone ley en las calles a su manera y su moralidad es tan dudosa como los Lacoste de mercadillo. Eso es lo mejor de la serie. Un poli evidentemente corrupto, muy corrupto, que resulta ser quien mantiene el orden dentro de ciertos límites. La serie logra ser lo que pretende: incómoda, ambigua, amoral.
Empieza muy bien. En la cuarta temporada tiene su clímax, con la presencia de Glenn Close como capitana de la comisaría.
Después se despeña. Demasiado repetitiva, las tramas acaban por agotar. La investigación de Asuntos Internos sobre Mackey se prolonga indefinidamente, casi sin avanzar. Y cuando ya han mencionado todo tipo de crímenes brutales hay que reciclarlos.
En fin que lo que empieza siendo lo que indica el título, la placa, acaba convitiéndose en un poco chapa. Bueno, no he acabado de verla. Quizá en la última temporada mejora, no lo sé.
Pero, como me decía edp, hay que verla a pequeñas dosis para que no te invada la náusea de sus momentos más fuertes. Y, sí, indudablemente. Cualquiera contrataría como pareja de guardaespaldas a Jack Bauer y Vic Mackey.

13/3/10

Green Zone: Distrito protegido

Paul Greengrass me gusta tanto en la realidad de aire documental (Bloody Sunday, United 93) como en la ficción (El mito de Bourne, El ultimátum de Bourne). Es el rey del ritmo, de la tensión creciente, de la adrenalina imparable. Planos de menos de 4 segundos, movimiento incesante, música de percusión.
Antes de que empiecen los títulos de crédito ya se oyen las bombas y la primera imagen nos presenta a gente acelerada. Después, Bagdad en llamas.
Green Zone no me convence tanto como las anteriores. No es ni documental ni ficción pero sí un poco de las dos. Siendo documental debería ser más poliédrica, con más puntos de vista. Siendo ficción debería tener alguna sorpresa especial acerca de la armas de destrucción masiva.
Pero la única sorpresa es que la CIA es la buena y los burócratas los malos.
La peli es entretenida, veloz, taquicárdica, pero también efímera. Se ve que Greengrass y Matt Damon se lo pasan bien con esta clase de cine. Y me alegra volver a ver en la pantalla grande a Amy Ryan, aunque sea en un papel tan breve.

12/3/10

El milagro de Berna

Ya he comentado la no muy excesiva satisfacción que me deparó Invictus y la incapacidad de Eastwood para escapar de los cánones del género deportivo.
Así que volví la vista a El milagro de Berna, para comparar. Similares ambas en su mensaje y tono. La historia del primer Mundial de fútbol que se le permitió jugar a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.
Y lo ganaron en contra de cualquier predicción. Con el triunfo en la mano volvieron a contemplarse como una nación, con ideales... Todo eso.
Creo que es interesante comparar ambas películas. Entonces se ve la enorme diferencia entre una y otra más allá del fondo genérico. Y, en fin, aunque Eastwood no logre grandes originalidades, está claro que su historia transmite, muchísimo mejor, lo que se quiere contar: la ambientación de la época histórica, los personajes clave, las anécdotas necesaria y suficientes...
El milagro de Berna tiene dos personajes que me encantaron: el periodista deportivo y su mujer. Muy graciosos y siempre ocurrentes:
-¡Qué músculos!
-¡Qué noticia!

11/3/10

Cazadores de dragones

No hay nada como ir con las expectativas bajas.
Cazadores de dragones está realizada con lo puesto y, sin embargo, tiene muchas cosas a su favor.
No hay masas, el diseño de los personajes es un tanto elemental, el guión debería haber mostrado más derivaciones. Pero, además de tener unos fondos espectaculares, es muy imaginativa y original. Por supuesto, todas esas rocas voladoras en un mundo con la gravedad trastocada, remiten directamente a Miyazaki y no a Avatar como muchos me han dicho (empieza a preocuparme toda esa gente que ha descubierto el cine con Avatar, como si no se hubiese filmado nada antes). De hecho, Cazadores de dragones es anterior. La historia tiene sus puntos de ingenio, sus ocurrencias singulares, su fauna propia y su mitología subterránea.
Tiene un tono, en ocasiones, bastante adulto. Quizá por eso me molestan un poco sus incursiones infantiles o las dos cancioncillas del final. Pero se lo puedo perdonar por ofrecer esos dragones eléctricos, el monstruo compuesto de murciélagos y un ritmo implacable dentro de sus escasos 80 minutos.

9/3/10

Corazón rebelde

Bad Blake.
56 años.
Toca música country.
Enfermo, borracho, divorciado y huyendo.
Por muchos motivos, Corazón rebelde tiene bastantes similitudes con El luchador. Sólo que Corazón rebelde es bastante mejor que la sobrevalorada El luchador. La gente, en vez de ir por ahí clavándose grapas por todo el cuerpo, nos ofrece música country.
Pero no es sólo eso. Cuesta aceptar el romance entre Jeff Bridges y Maggie Gyllenhaal. No es muy creíble. Tampoco lo era el de Mickey Rourke y Marisa Tomei. Pero una vez admitido el punto de partida, en Corazón rebelde están mejor contadas las relaciones entre los personajes, son buenos los diálogos, el guión no es previsible y el final tiene coherencia. Ni dulce ni amargo. Las cosas como son.
Jeff Bridges, lo borda. Creo que el Oscar está justificado. Y le acompañan muy bien Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell y Robert Duvall.
Ya sabes: de vez en cuando hay que salir por ahí y meterse en algún lío.

8/3/10

Millenium 3: La reina en el palacio de las corrientes de aire

Tengo bastantes reticencias acerca del Derecho y su aplicación. Pero lo del Derecho sueco es la monda. No me gustaría vivir allí y que alguien me juzgara.
1-. Después de recibir 3 balazos y de tener sólo un hacha para defenderse, Lisbeth Salander es acusada de intento de homicidio. ¿Por qué?
2-. La defensa no puede usar el historial médico para defender a su cliente. ¿Por qué?
3-. Cualquiera puede hackear el ordenador de alguien, sin orden judicial, y usarlo como prueba. ¿Por qué?
Admito que cabe la posibilidad de que el Derecho sueco no funcione así y las imágenes mientan. Lo cierto es que todo resulta muy inverosímil.
Ya sabes: habíamos quedado en que lo mejor de Millenium era Lisbeth Salander. Aquí se pasa las dos primeras horas en una habitación de hospital o en la celda de una cárcel. Así que, cualquier mínimo interés, queda desvanecido.
Y, por cierto, aunque insistan mucho en que Mikael Blomkvist es el protagonista y que a él se lo debe todo Lisbeth, lo cierto es que no pinta nada. Mi nuevo héroe es Plaga. Es el que cubre las espaldas a Lisbeth y, seguramente, tiene una historia tan interesante como la de ella.
En cualquier caso, lo mejor es que esto ya se acabó. Daniel Alfredson se ha encargado de darle la puntilla.

7/3/10

John Adams

Esperaba, quizá, una crónica política, los trapicheos de camarillas en el comienzo de los Estados Unidos. O una película de época que hablara de la sociedad del momento. O, simplemente, la biografía de la familia Adams.
La serie es eso, pero creo que no van por ahí los tiros. Si uno se queda en alguno de esos aspectos individuales, hay momentos que parecerán lentos, o fuera de contexto, o superfluos.
Lo que se cuenta es la magnanimidad de las grandes mentes, en frase del propio Adams. Es la historia de un hombre que necesita 90 años para alcanzar la sabiduría, necesita ser revoulucionario, embajador, Presidente. Necesita aprender a dejar de serlo. Necesita, sobre todo, a una esposa que le ponga los pies en el suelo. Y, al fin, descubrirá que todo aquello apenas tiene sentido y sólo le queda una frase de San Pablo: estad siempre gozosos.
En el doblaje español me gusta el guiño, intencionado o no, a El Ala Oeste de la Casa Blanca. Parece especialmente adecuado que George Washington hable con la voz de Josh y Thomas Jefferson con la de Toby.
Me gustan las interpretaciones (Paul Giamatti, Laura Linney, Sarah Polley, David Morse, Stephen Dillane) pero no la dirección (todos esos encuadres inclinados que carecen de sentido).

5/3/10

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

En los años 80, unos soldados hippies con poderes mentales, tratan de formar el ejército de la Nueva Tierra. Destacan un par de caballeros Jedi: George Clooney y Kevin Spacey. El primero está con la Fuerza, el segundo con el Lado Oscuro. La cosa acaba mal y se disuelven.
Año 2003. Si te acuerdas, Ewan McGregor fue, en La Guerra de las Galaxias, Obi-Wan Kenobi, pero ahora sólo es un periodista escéptico. Cree que los soldados de la Nueva Tierra no son Jedi sino que, en realidad, abusan demasiado del LSD. Acompañando a Clooney a la guerra de Irak acabará por convertirse en su discípulo.
Un planteamiento impresionante, un desarrollo demencial.
Ewan McGregor dirá:
-Ahora, más que nunca, hacen falta caballeros Jedi.
Sí. Y también buenos guionistas.

2/3/10

Al límite

Todo es ilegal en Massachusetts.
Y ya se sabe. Cuando todo es ilegal, todo está permitido.
Una historia de venganza con todo lo que uno espera. Se cargan a la hija de Mel y él, inspector de policía en Boston, decide hacer las cosas a su manera:
-No voy a hacer arrestos.
Son esa clase de declaraciones las que hacen que te frotes las manos. Porque hay algunas escenas potentes, buenas peleas, tiroteos, persecuciones. Me encanta el asesinato de la hija: plano de la calle con un tipo que dispara; plano interior de la casa en el que vemos cómo entra la moza, volando, arrancando la puerta, con el torso destrozado, para caer en mitad del vestíbulo.
Luego tiene sus incoherencias: ¿por qué no se mata la gente cuando tiene oportunidad, especialmente en la escena de la autopista? La película podría haber acabado allí. Están los que tienen que estar para poner fin a la situación.
Una policiaca, de aire clásico, con elementos modernos. Y bastante entretenida, que es lo que se le pide a esta clase de cine.