11/2/10

Un tío bueno

Ya te lo he dicho otras veces: lo mejor del cine, en muchas ocasiones, es la gente.
En el céntrico cine urbano, con sala en 3D, se siguen formando colas para ver Avatar.
Delante de mí hay una docena de treceañeros. Chicos y chicas repartidos a medias. Mientras hacen cola, discuten qué película escoger. Hay una de rugby o de fútbol americano que las chicas no quieren ver. Entre los chicos también hay disensiones porque algunos prefieren The Road.
Las chicas están de acuerdo en lo que no quieren ver, pero no saben lo que quieren ver. Así que envían a una emisaria por delante para que se acerque a la cartelera y se informe mejor de lo que hay.
Mientras espero, conmocionado ante tal improvisación cinéfila, ansioso por descubrir qué deciden, un chico insiste a una chica para que le diga a qué peli va a ir. Él está muy interesado en no despegarse de la chavala aunque tenga que ver, otra vez, Pretty Woman. La chavala, aparentemente inconsciente de los sentimientos que despierta, dice:
-Déjame en paz. Todavía no lo sé.
La chica de avanzadilla, ésa que enviaron para inspeccionar el terreno, regresa y dice:
-Invictus. El tío está bueno.
Y allá que fueron, a ver la peli de un tío bueno que juega al rugby o al fútbol americano.

2 comentarios:

edp dijo...

Para que luego digan que los adolescentes no saben lo que quieren

muma dijo...

Pero lo importante es que consiguieron ponerse de acuerdo y ver la misma película; ¿qué más dan los motivos?. Ojalá los políticos fuesen así de conciliadores.