1/2/10

Invictus

Como cualquier película deportiva y de superación personal, Invictus contiene el problema en su mismo planteamiento: es previsible, sabemos quién va a ganar no importa lo que pase, se enaltece el carisma y liderazgo de los protagonistas...
Todo depende de la pericia del director para lograr que la película sea atractiva o un tostón de agárrate.
Y, claro, como el que dirige es Eastwood, las dos horas y cuarto transcurren en un periquete. Es listo, el tío. Me pareció muy ingenioso eso de presentarnos como subtrama a los agentes de seguridad del presidente. Para poner de relieve el factor de integración racial se podía haber fijado en el equipo de comunicación, en los ministros, en el personal de la casa presidencial...
Pero muy hábilmente escoge a los guardaespaldas. Y, con ese sencillo acto, convierte la trama en una película de suspense siempre que le conviene. Después de un discurso, quizá demasiado largo de Mandela, te coloca a los de seguridad y... tacháaan... nos pone en tensión otra vez.
He leído que algunos se quejan de la forma de rodar el partido de rugby. A mí me parece genial. Para verlo igual que siempre ya está la tele. Hacerte sentir un jugador más es una opción inteligente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabemos quién va a ganar pero aquí como es algo que pasó realmente me parece bien no como la mayoría de las películas americanas

edp dijo...

yo sigo con altas expectativas. como ya dije antes, nunca pensé que vería una chica que cumple a los 30 su sueño de hacerse boxeadora. A ver si esta semana cae ésta y Bigelow

Individuo Kane dijo...

Anónimo:
No, no. Eso pasa con casi todas las películas de género deportivo: ya sabes cómo van a acabar porque ocurrió realmente: "Coach Carter", "Carros de fuego", "Cinderella Man", "El milagro"... Lo mires como lo mires es un problema a la hora de adaptarlo al cine.

edp:
Me alegro que, en los Oscar, al menos hayan nominado a Morgan Freeman y Matt Damon. No me parece que su trabajo en la película sea algo impresionante pero sí creo que debían reconocerla de alguna manera.