21/1/10

Glee

Glee es una reacción visceral contra los musicales de Disney, contra High School Musical y Hannah Montana. Como reacción, los extremos se tocan.
Allí donde Disney es cursi y familiar, Glee es políticamente correcto y progre. Pero ambas son igualmente sentimentales y están fabricadas a base de convencionalismos.
Glee presenta a la negra, a la asiática, el gay, el minusválido, los hispanos... Como si eso fuese muy rompedor y abierto y nos ofreciese un horizonte de ilimitadas perspectivas. Pero después resulta que los protagonistas son el blanquito y la blanquita guaperas de siempre. La primera cosa que no me gusta de Glee es lo mucho que se esfuerza la serie en decirnos que son unos pringados cuando, obviamente, no lo son.
Lo segundo que menos me gusta es lo mucho que insisten en decirnos que la mejor cantante es la blanquita guaperas de siempre, cuando está claro, todos lo vemos, que la auténtica máquina es la chica negra, con un vozarrón impresionante, energía a raudales y como si no le costara.
Las historias de embarazos, paternidades, matrimonios en crisis, mis padres son gays, yo soy judía y por eso me desprecian, yo me hacía la tartamuda, todo eso, es pura bazofia.
Al final lo único interesante, tanto en Glee como en Hannah Montana, son los dos números musicales y sus coreografías.
¡Ah! Y, al final, van y ganan el concurso. ¿Alguien lo dudaba?

2 comentarios:

e dijo...

Has visto mucho? a mí el piloto me horrorizo. Y me la han puesto tan mal que no me han quedado ganas de más.
El lunes veré la de Haneke y te cuento

Individuo Kane dijo...

Después de ver los primeros capítulos, sólo he visto los números musicales de los demás.
No da para mucho. En serio. Como "Hannah Montana"