7/10/09

Vicky el vikingo

Tres obstáculos a superar:
1. Convertir los dibujos animados en imagen real.
2. Agradar al público infantil.
3. Dejar satisfecho al público adulto que disfrutó con la serie setentera.
El punto 1 está muy logrado. El 2, no está mal. El 3... Bueno, al menos no dan ganas de salir corriendo. Me llama la atención que se hayan esforzado en la credibilidad: el poblado vikingo, los barcos, las torres de piedra y hasta Vicky haciendo esquí acuático con focas, parecen verídicos. Eso no suele ser habitual en producciones de este tipo. Véase la chapucilla de Kika superbruja.
Pero lo más alucinante, lo más increíble, lo más sorprendente de esta película me lo he encontrado al leer la ficha técnica. Ylvi, la amiga de Vicky, esa niña que ves ahí, tan rubia, tan germánica, tan teutona, resulta que se llama Mercedes Jadea Diaz.
Muy graciosa mientras comenta que Vicky es muy mono y se mete una sardina cruda en la boca.

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