29/9/09

El secreto de sus ojos

Vemos la investigación de Benjamín e Irene pero lo que Campanella investiga es su historia de amor. Una trama policiaca entrelazada con una historia romántica. Ambos asuntos parecían muertos hace 25 años. Pero aún viven y respiran y dan coletazos. Y es ahora cuando las respuestas a todo ello se resolverán.
Hay cosas duras en esta película. Algunas, en mi opinión, un tanto gratuitas. Pero está también ese humor argentino, tan cotidiano, tan fluido, tan natural que ilumina algunos momentos con un aura de parodia. Sobre todo ese intento de Benjamín y su colega Sandoval de hacerse los detectives privados.
El conjunto es muy agradable, con giros de guión, sorpresas y mucha humanidad.
Y, como ya sabes lo mucho que me gustan los planos secuencia, tengo que citar el que Campanella se saca de la manga: asombroso, magistral, deslumbrante. Plano aéreo nocturno de Buenos Aires, aproximación al campo de fútbol, giro para ofrecernos un tiro al larguero, ascenso por las gradas hasta encontrar a Benjamín, correrías por entre la gente para coger al asesino, gol, el asesino se suelta aprovechando el barullo, carreras por los vestuarios. Es imposible hacer eso de un tirón pero consigue que no se vean los cambios de cámara. Flipante.
Ricardo Darín y Soledad Villamil están espléndidos. Me parece muy injusto que no premiaran esta película en San Sebastián y cedieran, una vez más, a cuestiones extracinematográficas, a lo políticamente correcto.

2 comentarios:

e dijo...

pues me parece que se ha inflado a esta película un poquito. He de decir que soy más inmune que la media al gracejo argentino. Completamente no, claro, pero vamos, había gente en el cine que con oir la palabra boludo ya se tronchaban.
Pero es que ese sentido del humor me pareció fuera de lugar. No puedes elegir un tono hiperdramático y desgarrador y combinarlo con un humor ligerito porque chirría. No es Misterioso asesinato en Manhattan donde tienes un crimen de coña y una investigación de coña. El crimen brutal no combinaba muy bien con eso.
Por otro lado, es bastante tramposa. Que le cojan, que confiese, que le suelten. demasiado conveniente para servir a los propósitos del guionista. Algo forzada, también, la marcha de Darín.
Por otro lado más, no me gusta que me manipulen sentimentalmente para que me vaya satisfecha con el final. Y un poquito de eso hay.
Como cosas a favor, el ritmo está bien, los actores están bien, Campanella sabe además crear a sus secundarios, aunque ya abusa un poco del tipo bonachón y calzonazos con un vicio al que no puede enfrentarse... lo mejor, para mí, es que es muy superior a la suma de las partes.Y no creo que sea tanto una película de amor como una película sobre la justicia. Y si la analizas así, la conclusión es bastante descorazonadora.

(vale, vale, debería tener mi propio blog para no aburrir con estos comentarios)

Individuo Kane dijo...

Me parece bien todo lo que dices, la verdad.
Lo que ocurre es que omitir las escenas más crudas le habría dado equilibrio. Quiero decir que no hay que quitar todo el humor por un par de escenas. Es mejor quitar (o suavizar) las dos escenas.
Estoy de acuerdo en que manipula sentimentalmente, pero también creo que la trama policiaca y la trama romántica debían resolverse al mismo tiempo.
Sobre la justicia y lo descorazonadora: yo hace ya un par de lustros o así que dejé de creer en la justicia. Es lo que hay. Y ahí sí que me parece que no va muy desencaminada.