17/9/09

Decálogo, uno. Kieslowski.

Todo se puede medir. Todo es cuantificable. No es necesario el alma.
Es imposible que ese tintero se resquebraje y vierta la tinta, que ese lago helado se rompa y un niño muera, que en ese cuadro de la Virgen se rompan los lacrimales y llore, que el ordenador se encienda y comunique que está listo.
Y ahí anda Kieslowski. Buscando el sentido de la vida: amarás a Dios sobre todas las cosas.
Al final queda el agua bendita congelada. Tan congelada como la imagen del niño en la televisión.

2 comentarios:

e dijo...

has seguido viendo?

Individuo Kane dijo...

Claro.
Iré escribiendo