Otra versión de Matrimonio de conveniencia pero, obviamente, peor.
Hay tres escenas que ocupan el centro de la película, el espacio dedicado normalmente a hacer que los personajes evolucionen y se plantee la historia antes del clímax final. Tres escenas, la del striper Ramón, la de la ducha y la de la abuela bailando alrededor del fuego, en las que no pasa nada. No son surrealistas. Son ridículas.
Mi primera proposición es que empleen esas escenas en darnos alguna razón para que los personajes de Ryan Reynolds y Sandra Bullock se enamoren y nos podamos creer el final. Tal como está planteada la cosa es imposible. Chico y chica acaban juntos, ¿por qué? A mí me da que la cosa habría quedado mejor si Reynolds se queda con la chica del pueblo y la Bullock es deportada a Canadá.
Me segunda proposición es que Sandra Bullock no vuelva a hacer una comedia romántica. O, si la hace, que sea de madre o de abuela. Pero no de chiquilla. Que son 45 años ya, mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario