20/6/09

Ejecutiva en apuros

La historia es la de qué bello es vivir en el pueblo.
Gente sencilla, gente buena, gente de la de toda la vida, gente un poquito rara, gente abierta pese a las primeras apariencias.
Esta vez la buena gente son los paletos de Minnesota.
Minnesota en invierno, con un frío de bigotes. Zellweger va para allá a ver si remodela la fábrica o la cierra, si despide a la gente (la buena gente) o se le ocurre algo.
Por supuesto, anda por ahí un joven viudo, muy bien dispuesto. También él es buena gente.
Me encuentro en la película con mi amiga Siobhan Fallon y ya la acepto mejor.
Película para ver mientras uno duerme la siesta. Con un ojo abierto basta para seguirla.

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