En esta semana tan pobre en estrenos cinematográficos tenía mis esperanzas puestas en Billu Barber.
Como en muchas otras ocasiones, ante una gran superproducción, nadie se atreve a estrenar. Excepto aquellos que da igual cuándo estrenen porque sólo va a ir a verles su familia. Se estrena Ángeles y demonios así que, a su alrededor, se estrenan dos películas hispanoamericanas tirando a experimentales (Carmo, Cosas insignificantes), dos francesas antitéticas (El Albergue Rojo como supuesta comedia y La posibilidad de una isla como presuntamente filosófica) y una americana de superación deportiva y personal que iba a salir directamente a DVD de modo que no tiene nada que perder (Fighting: Puños de asfalto).
Billu Barber era mi mejor opción: Bollywood a tope.
Hoy por hoy, no creo que el cine de Bollywood sea asimilable por occidente. Pero creo que es necesario mezclar en esta sociedad global. Como demostró Slumdog millionaire, el eclecticismo, la coproducción, la mezcla de estilos es necesaria. El tráiler de Billu Barber es delirante (ese Neo con espada láser) así que, cuando lo vi, decidí darle una oportunidad. Por muy mala que fuese la película, al menos la música sería buena.
Lástima: no la han proyectado en esta ciudad.
Me he enfadado.
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