9/11/08

Otra de Ridley Scott

No cabe ninguna duda de que ésta la ha dirigido él y no su primo. Suele decirse que las películas que plantean muchas preguntas son películas buenas.
No es el caso. Tengo un montón de preguntas.
¿Por qué dura 130 minutos cuando bastarían 40? ¿Por qué la primera hora y media resulta que no sirve para nada? ¿Por qué se titula Red de mentiras si los malos son malos, los buenos son buenos y es absolutamente lineal? ¿Por qué acaba así? Me gustan los finales felices pero tengo estómago y sé apreciar las películas que acaban mal. Pero ¿realmente era necesario acabar de un modo tan... indiferente, tan incoherente, tan ridículo: ahora me enfado y no te escucho?
Menos mal que andaba por ahí Russell Crowe para hacerlo un poco llevadero.
Se me quedó cara de póquer. Porque ni es buena, ni mala, ni entretenida, ni aburrida y, en el fondo, ni siquiera sabe hacia dónde va.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo fui con cuatro amigos al cine, bien diferentes todos. Y todos salimos con la certeza de que la película era buena; que las actuaciones eran buenas... pero ninguno sabía decir si le había gustado o no. Ni por qué. Hoy es el día en que no se si recomendársela a alguien o no. No sabía si echarle la culpa al cansancio que llevaba, así que en cierta forma me alegra ver que es un efecto global. En cierta forma, digo, porque me da mucha rabia cuando me quedo con la impresión de que a tanto trabajo y tanta inversión le ha faltado sólo "algo" para llegar a ser una auténtica obra de arte.

Individuo Kane dijo...

Hoy leí lo que comentaba el crítico de "La Razón" y creo que daba en el clavo: no nos importa lo que les pase a los personajes. Nos da todo igual. No empatizamos, ni para bien ni para mal, con ninguno de ellos.

Anónimo dijo...

Conozco a una chica que sí empatizó. Decía algo así como que le gustaba que quedara claro que a los Norteamericanos les importan un rábano las personas concretas (cuando no simbolizan ideales) mientras que los árabes profundizan, se comprometen y se preocupan más, en general, por el detalle y por la persona concreta. No se puede generalizar, claro. Pero no había pensado en eso.

Individuo Kane dijo...

Supongo que algo de eso hay. En cierto modo, el que me acabó cayendo mejor fue el jefe de los servicios secretos jordanos. Todo un carácter.
Sin embargo, ¿le interesa di Caprio como persona o le interesa como ideal de persona que no miente? Al fin y al cabo no le habría salvado la vida de no ser también por intereses ajenos a la persona.
Pero estoy de acuerdo en el tremendo cinismo con el que se dibuja a la CIA: todo vale con tal de lograr el objetivo.